jueves, 18 de agosto de 2011

Memorias de Verano - XLIX

Desde hace años, el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga viene realizando una meritoria labor en la defensa de la que en el pasado fue una de las señas de identidad y pilar fundamental de la economía de Málaga y hoy se advierte como una posibilidad cierta de diversificar las oportunidades de generar riqueza y empleo. La Diputación de Málaga suscribió en su momento un convenio por el que se comprometía a colaborar con las iniciativas y actividades del Consejo, de manera especial con las que tenían que ver con la promoción de los productos acogidos a la denominación de origen y con el análisis y estudio de las características de los terrenos susceptibles de acoger el cultivo de vides destinadas a la producción de vino. No es resultado exclusivo de la acción del Consejo, pero sin duda que éste ha tenido protagonismo decisivo en la aparición de nuevos caldos que se unen a los tradicionales moscateles de nuestra tierra, conocidos y apreciados en todo el mundo, sobre todo en su variedad de Pedro Ximén. Fue en la zona de Mollina donde se empezó a explorar las posibilidades de ampliación de la gama de vinos, llevando a cabo intentos de elaboración de tintos, blancos y finos, con dispar resultado. Posteriormente, con un rápido incremento de la superficie cultivada, Ronda se incorpora a la producción vitivinícola, sumando en pocos años un importante número de bodegas que ofrecen tintos, algunos de ellos de calidad interesante. En estos momentos, hay proyectos de cultivo de vid con destino a vino en prácticamente toda la provincia de Málaga, advirtiéndose, por tanto, más necesaria que nunca la acción de la entidad reguladora a fin de ordenar las posibilidades de crecimiento del sector.

Hasta que se abrió el Museo del Vino, el Consejo estaba presente en todas las ferias de Málaga, ofreciendo promociones y degustaciones de los vinos de Málaga. El año dos mil tres llevó a la práctica una iniciativa novedosa para la feria, ofreciendo cursos rápidos de maridaje. El dieciocho de agosto, un grupo de representantes de instituciones públicas y entidades ciudadanas, junto al Consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Gaspar Zarrías, recibimos información sobre los vinos más acertados para potenciar el sabor y hacer más agradable la ingesta de algunos alimentos.


Ahora que la afición malaguista, por causa de la inversión que en el club representativo de nuestra provincia está realizando su actual propietario, respira ilusión y esperanza en que la que el próximo fin de semana se inicia (si se desconvoca la anunciada huelga de los jugadores) sea la liga que ponga fin a las penurias futbolísticas que durante tantos años llenaron de frustración a unos seguidores que a pesar de todo siempre permanecieron leales al equipo de sus amores, conviene recordar el papel determinante que para la continuidad del fútbol de élite en Málaga jugaron las instituciones públicas. Aunque no falten quienes opinen que fue insuficiente, la implicación de las mismas permitió que el primer equipo de la provincia dispusiera del lugar en el que hasta entonces había venido disputando sus encuentros, cuando adquirieron la propiedad del Estadio de La Rosaleda, embargado por una entidad financiera. Con posterioridad, una vez las instalaciones ya no respondían a las necesidades de un equipo que compite al máximo nivel en una de las mejores ligas del mundo, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la Diputación acordaron proceder a la construcción de un estadio nuevo en el mismo terreno ocupado por el anterior, habilitando las partidas económicas exigidas para financiar la actuación. Mientras no se disponga de otro, ese es el campo en el que el Málaga seguirá jugando los partidos que le permitan cumplir el sueño de jugar en Europa.

Cada verano, los responsables de las instituciones acudíamos a La Rosaleda a retirar los abonos para la temporada, escenificando la complicidad con el club y trasladando a la afición la necesidad de apoyarlo. El dieciocho de agosto de dos mil cuatro, el entonces presidente y propietario mayoritario del club, Serafín Roldán, nos entregó los abonos a los representantes de la Diputación y de la Junta de Andalucía, por la que acudieron los delegados del Gobierno y de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, José Luís Marco y José Cosme Martín.

Hace un par de días se quejaba, con razón, la Delegada en Málaga de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía de que en la copa ofrecida por los responsables del Patronato de Turismo, con motivo de la Feria de Málaga, eran varios los vinos de procedencia foránea y sólo uno de nuestra tierra. Seguro que, si conocieran la circunstancia, tampoco sería del agrado de los rectores del Consejo Regulador del que hablaba al comienzo de este relato. Ciertamente, la clara ventaja de vinos de otros lugares sobre los de Málaga en el acto antes señalado no abunda en el deseo manifestado por los dirigentes del Patronato de establecer la ruta del vino como uno de los elementos de promoción turística en nuestra provincia. De todas formas, he de reconocer que cuando fui Presidente del Patronato no controlé nunca la procedencia de los productos que se servían, lo que sí hacíamos en las recepciones que, como decía en un artículo anterior, ofrecíamos a las autoridades, y en la caseta que montábamos delante de la Sede de la Diputación, donde incluso algunos años se dedicaba cada uno de los días de la feria a un plato típico de algún lugar de la provincia.

Desde dos mil ocho, una vez se había inaugurado la nueva sede del Patronato, la recepción al sector turístico y autoridades se lleva a cabo en la terraza, en un lugar que permite una perspectiva del centro de Málaga distinta de la habitual. En el estreno de la terraza para tal menester, el dieciocho de agosto del año antes dicho, entre otros muchos representantes de la política, la economía y sociedad malagueñas, atendieron la invitación del ente promocional del turismo Juan Fraile, que hasta hacía poco había sido su presidente, Norberto del Castillo, presidente de los empresarios de playa de Andalucía, y Diana Navarro, cantante de éxito.