lunes, 29 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LX (y última)

Ayer terminaron las fiestas patronales que Benadalid celebra en honor de San Isidoro. Las actividades de la feria giran en torno a la tradicional “batalla de moros y cristianos”, solventada con el resultado final de la derrota de la morisma y la consiguiente conversión al cristianismo, después de que en el primero de los días de la representación se alzasen con el triunfo. Los distintos lances de la contienda tienen lugar delante del castillo de la localidad, desde hace mucho habilitado como cementerio municipal. La acción está inspirada en un ritual muy antiguo, aunque los textos utilizados están adaptados en fechas posteriores. En el mantenimiento de esta singular escenificación de un período de la historia propia juega papel importante Juan Manuel Gutiérrez, antes Alcalde del lugar y ahora gerente del Centro de Desarrollo Rural de la Serranía de Ronda. Con el mismo motivo, pero con distinta escenificación y argumento, se lleva a cabo en el vecino municipio de Benalauría la representación de las diferencias entre los dos bandos que las dilucidan en Benadalid. En este último, la celebración comporta todo un ejemplo de implicación de los vecinos, pues sin ella sería imposible que una localidad en la que no llegan a trescientas personas las que viven pudiera ofrecer a los varios cientos de gente procedentes de otros lugares una fiesta cuidada en todos sus detalles.

He sentido no poder atender la invitación que Leonor Andrade, Alcaldesa de la localidad, me hizo para, al igual que he venido haciendo los últimos años, compartir con los vecinos del pueblo alguno de los actos de días tan significativos para ellos. Sí lo hice el veintinueve de agosto de dos mil siete, aprovechando la oportunidad de vivir la feria de día en un espacio en el que la frondosidad de la vegetación agrandaba el placer de disfrutar de la compañía de todos y de la hospitalidad de los anfitriones.



En el período de gobierno de los socialistas en la Diputación, ha sido la de Málaga la única provincia de toda España que se ha beneficiado de cinco planes de los llamados de Dinamización Turística, acción que persigue hacer visible y atractivo para los potenciales visitantes el patrimonio cultural, monumental, natural, paisajístico, gastronómico, folklórico, etc. de los municipios no litorales de menos de veinte mil habitantes. Estos planes han de ser presentados a la Comunidad Autónoma por las diputaciones provinciales, en representación de los municipios que solicitan su aplicación, que a su vez los traslada a la Administración del Estado. Una vez aprobados, la financiación se establece a partes iguales entre las dos instancias que acabo de mencionar y la Administración Local. También es la de Málaga la única Diputación que ha asumido en su totalidad la aportación correspondiente a los ayuntamientos, consiguiendo que ni un solo lugar de nuestra provincia quedara excluido de los beneficios de las acciones previstas por la imposibilidad de comprometer el importe requerido. Casi todo el territorio del interior malagueño ha sido atendido en los planes correspondientes a la Sierra de las Nieves, Axarquía, Los Embalses, Zona Nororiental y Serranía de Ronda.

La firma del convenio que establecía los compromisos de las partes para la ejecución del Plan correspondiente a esta última comarca se llevó a cabo, el veintinueve de agosto de dos mil ocho, en la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga por los representantes de las tres administraciones concurrentes en su financiación: Joan Mesquida, por la Secretaría de Estado de Turismo, Luciano Alonso, por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte y el Presidente de la Diputación de Málaga. En representación de los municipios beneficiarios, el Alcalde de Benalauría, Eugenio Márquez, fue testigo del compromiso de invertir cuatro millones y medios de euros para el cumplimiento de los fines al principio señalados.

Todo el pueblo de Alpandeire y quienes allí viven están impregnados del halo, entre la leyenda y la más real de las historias, que desprende la figura de Fray Leopoldo, el más conocido de los hijos de las tierras del Genal. Mi agnosticismo militante no me ha impedido tener un cierto afecto a personaje capaz de la entrega a los demás que de este fraile capuchino cuentan. Aunque siempre he procurado distinguir la caridad de la solidaridad y valorarlas de manera bien distinta, no es menos cierto que no aprecio ofensa alguna a la dignidad de los destinatarios de sus acciones en la actitud humilde de quien nunca nada para sí pidió ni quiso, según nos trasladan quienes le conocieron y admiraron. Estuve presente en su localidad natal en la presentación de un libro, editado por la Diputación, que en memoria y reconocimiento escribió y le dedicó Pepe Barragán, he visitado en dos ocasiones las obras del aula-ermita que en parte financia la Diputación y que los responsables del gobierno municipal quieren destinar al mejor conocimiento de tan ilustre paisano, y estuve presente en el homenaje que con motivo de su beatificación, y bajo la lluvia impertinente, Alpandeire le rindió en octubre de dos mil diez. Aprecien quienes criticaron la presencia del Presidente de la Diputación en determinados lugares que, salvando los asuntos de conciencia en los que a nadie pretendí representar, siempre estuve donde debía estar.

El veintinueve de agosto de dos mil nueve, en una coqueta plaza de Alpandeire donde antes de contar con el cómodo recinto actual se celebraba el baile de la feria, Gabriel Jiménez, Alcalde de la localidad, descubrió una escultura en bronce de Fray Leopoldo en posición sedente, obra del escultor granadino Venancio Sánchez. No hay dudas de que si una vez terminada se dota al aula-ermita de contenidos atractivos, se adapta para visitas las dependencias de la casa natal, se prepara un recorrido por el pueblo con visita a esta escultura, se restaura convenientemente la iglesia, llamada por sus dimensiones “catedral de la Serranía”, y se incorporan a la ruta lugares de los pueblos limítrofes, la actividad turística puede dejar de ser en esta zona una aspiración quimérica para convertirse en realidad.



La casualidad ha querido que sean tres referencias a la Serranía de Ronda el argumento del último de los relatos de estas Memorias de Verano con las que he ocupado parte de los dos meses de vacaciones que la profesión de maestro de escuela me ha dejado en el verano presente. Durante el tiempo en el que tuve responsabilidades de gobierno en la Diputación, la principal preocupación fue siempre atender el dificilísimo proceso de convergencia de los municipios de la Serranía de Ronda, porque siempre los advertí como los más necesitados de la atención de una institución que ha de perseguir de manera prioritaria el equilibrio entre los territorios y la igualdad de oportunidades para los ciudadanos.

Nunca olvidaré esta tierra y a quienes en ella se afanan por vivir, trabajar y divertirse en idénticas circunstancias a las de quienes residen en lugares en los que para hacerlo no se les requiere el plus de esfuerzo y sacrificio exigidos en el más sugerente de los territorios de nuestra Málaga. Pensándolas en polo y soleá apolá, en uno de los trayectos de vuelta de una visita a la Serranía, sentí estas coplas:

Tierra de hondos manantiales,
de azul cielo y de castaños,
donde la noche conmueve
y es el silencio más largo.

Cuando me den por perdío
si alguien quiere hallar mi sombra
que busque y dará con ella
por los caminos de Ronda.

domingo, 28 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LIX

Hoy acaban la Feria y Fiestas Patronales de Cuevas del Becerro en el corriente dos mil once. Era una cita ineludible del final de agosto en los cuatro años precedentes, con el consiguiente mal rato para los seguidores del que fue gobierno local de Izquierda Unida hasta dos mil siete, pero con mucha satisfacción para mí, porque volvía a un lugar recuperado por el socialismo, porque tenía la oportunidad de divertirme con los jóvenes responsables municipales con los que durante todo el tiempo en el que no era feria colaboraba para alcanzar algunos de los objetivos que para su pueblo perseguían, porque conozco a decenas de vecinos de la localidad y porque siempre aprecié un ambiente de respeto y cariño para quienes representábamos a la Diputación en cualquiera de los actos celebrados en La Cueva. Recuerdo que cuando tal día como hoy de hace dos años acudí a la feria, no había terminado de bajarme del coche cuando se acercó alguien que después se identificó como miembro de la organización local de Izquierda Unida y en el que desde el primer momento aprecié los efectos de una borrachera aún por dormir, para recriminarme de manera airada la intervención que tuve en el acto de cierre de campaña de las elecciones locales de dos mil siete y que, según pude entender de su perturbada expresión, resultó decisivo para que el PSOE ganara las elecciones. Ni que decir tiene que pensar en tal posibilidad disparó de manera exponencial las ganas de pasarlo bien en la feria y el agradecimiento a los electores de Cuevas del Becerro por la deferencia con la que acogieron las recomendaciones que en aquel acto celebrado en El Cine les hice.

Al mediodía de aquel veintiocho de agosto de dos mil nueve, después de comprobar durante un rato el magnífico ambiente festivo de la calle principal de La Cueva (dice una copla popular muy interpretada en el flamenco: Cañete está en un cerro, / Serrato en una cañá / y la Cueva del Becerro / tiene una calle na más) que aunque muy larga y acogedora no es ya la única del pueblo, con las escarapelas que nos habían regalado la Panda de Verdiales de Parauta posamos en la caseta municipal de feria junto a Joaquín Esquina y algunos de los concejales de su equipo de gobierno, así como alcaldes y concejales de algunas localidades cercanas.

El primer partido de la Liga de Primera División de fútbol de la temporada 2010 – 2011, que el Málaga CF jugó en su estadio de La Rosaleda, fue augurio cierto de las dificultades que aguardaban a un equipo que iniciaba el primero de los proyectos de sus nuevos propietarios, arropado por la suficiencia económica que se le supone a las fortunas aristocráticas del Oriente Medio. A la derrota del veintiocho de agosto de dos mil diez ante el Valencia (1- 3) siguió una desgraciada serie del mismo signo, que dejaba sin efecto en el campo propio los puntos que se obtenían en las salidas. Conforme avanzaba la competición, se igualaron en lo negativo los resultados de los encuentros jugados tanto dentro como fuera de La Rosaleda, ante lo que los responsables del club cesaron al entrenador portugués que habían contratado en la pretemporada y acudieron al “mercado de invierno” para hacerse con los servicios de algunos jugadores que resultarían decisivos, especialmente Julio Baptista, para la remontada final que posibilitó mantener un año más la categoría en la por muchos llamada mejor liga del mundo. Hoy, por causa de la huelga de jugadores que implicó la no celebración de la primera jornada, enfrentándose al Sevilla empieza la competición el Málaga CF, con renovadas ilusiones después de que el equipo representativo de nuestra provincia haya sido de los que en toda Europa más ha gastado en reforzar su plantilla de jugadores.

Las circunstancias han querido que el primer partido de la Liga 2011 - 2012 coincida en la fecha con el de la pasada, aunque jugando lejos de La Rosaleda. Como en varias ocasiones anteriores en las que coincidí con él, en el palco del estadio que parece tener sus días contados ante el proyecto de construcción de otro nuevo, presenció el encuentro el malagueño y malaguista Antonio Banderas. Cuando todavía no se había producido la venta al Jeque y las dificultades económicas acuciaban al Málaga CF, era recurrente en los mentideros futbolísticos de la ciudad el comentario de que el más internacional de nuestros actores estaba interesado en hacerse con la mayoría de acciones del club. Tales comentarios no pasaron nunca del rumor.

Recuerdo el extraordinario poder que como medio de conexión con el resto del mundo tenía la radio en mi infancia y en mi pueblo. Primero, porque conocí un tiempo en el que no tenía competencia, puesto que la prensa escrita no llegaba a un pueblo apartado en el interior y de apenas mil habitantes y la TV todavía era una fantasía a la que mis paisanos se referían como “la radio en la que se ve a los que hablan”. Segundo, porque cuando algunos aparatos de esta última llegaron a El Borge, el modo de vida era todavía de casi trabajo de sol a sol y durante tres meses al año casi todas las familias se trasladaban al campo para recoger y manufacturar la cosecha de los viñedos, por lo que la radio seguía siendo el medio de comunicación siempre presente. Recuerdo que algunos de “los locutores” de aquella radio tenían entre la gente del pueblo un nivel de conocimiento mayor que casi todos los profesionales de los medios de comunicación del momento actual. Cuando con mi familia trasladábamos la residencia al campo (para trabajar de sol a sol en las diferentes labores que requiere la uva desde que se corta en la cepa hasta que se envasa como pasa para su comercialización, dormir sobre jergones en el suelo, alumbrarse con la luz de un quinqué, ir a por el agua a casi un kilómetro de distancia de la vivienda…) teníamos ya de un año para otro la información sobre la emisora, de entre las cuatro habituales, que en cada momento del día debíamos sintonizar para escuchar los programas de nuestra preferencia. Así que en la onda media, recibíamos la información, la música o el entretenimiento desde Radio Intercontinental de Madrid, Radio Sevilla (de la Cadena SER), y las estaciones malagueñas de Radio Nacional y Radio Juventud.

En esta última, las estrellas en varios de sus programas eran, entre otros, Domingo Mérida, Diego Gómez y una muy joven Mari Tere Campos. A pesar de no conocer su presencia física, mis paisanos tenían auténtica devoción por estos profesionales y de manera especial por Mari Tere, mucho antes de que pasara a presentar algunos de los programas más vistos en las cadenas de televisión de ámbito estatal. El cinco de julio del año pasado, la Asociación de Vecinos Torrijos, del barrio de Huelin, le entregó el título de “Marengo de Oro”, descubriendo posteriormente la homenajeada una placa con su nombre en la Glorieta Antonio Molina del paseo marítimo.


sábado, 27 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LVIII

Manifiestan en estos días los nuevos responsables del gobierno de la Diputación de Málaga que se marcan como prioridad la colaboración con los municipios más pequeños. ¡Bienvenidos al mundo de la comprensión de lo que realmente ha de ser el objetivo de un gobierno intermedio entre los locales y el autonómico! Y es que entre los años mil novecientos noventa y cinco y mil novecientos noventa y nueve, cuando gobernaron la institución principal, no actuaron conforme a lo que ahora manifiestan. Ejemplo: construyeron un centro de salud en Torremolinos y una piscina cubierta en Fuengirola, pero cerraron los parques de maquinaria para la mejora de los caminos rurales de la Serranía de Ronda y de la Axarquía, porque municipios de doscientos cincuenta, trescientos y quinientos habitantes, como es fácil de entender, no podían hacer frente por sí solos a los gastos originados por la maquinaria y empleados que se desplazaban para trabajar en los caminos de sus localidades. Desconocían entonces los populares que una de las potencias de las diputaciones es la capacidad que tiene de beneficiar a los pequeños municipios mediante la aplicación de una eficaz y eficiente economía de escala. A partir de mil novecientos noventa y nueve, el gobierno de la Diputación presidido por el socialista Juan Fraile, reabrió los parques de maquinaria cerrados por los populares, creando sendos consorcios entre la institución provincial y las locales.

Además de la actividad de los parques comarcales de maquinaria, entendiendo que la misma no era suficiente para atender la red de caminos rurales de la provincia, el gobierno socialista de la Diputación inició una interesante colaboración con la administración autonómica y con los ayuntamientos de la provincia, a través de un convenio por el que se comprometía a colaborar asumiendo un porcentaje de las cantidades que aquéllos se comprometían a aportar para financiar las actuaciones contempladas en sus municipios. El veintisiete de agosto de dos mil tres, tras mantener una reunión de trabajo con Paulino Plata, Consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, comparecimos ante los medios de comunicación para dar cuenta del desarrollo del convenio vigente y de la ampliación del mismo.

¿Por qué, como he comentado en el asunto anterior, gobernó el Partido Popular la Diputación de Málaga entre mil novecientos noventa y cinco y mil novecientos noventa y nueve? Porque el PSOE, en las elecciones locales de mil novecientos noventa y cinco obtuvo ocho diputados provinciales, tras perder diez de los que tenía anteriormente y la mayoría absoluta. En las elecciones de cuatro años después, el PSOE obtuvo doce diputados, lo que le permitió gobernar al alcanzar un acuerdo con izquierda Unida y con el Partido Andalucista. En esas elecciones, Juan Fraile era el Secretario General del PSOE de Málaga, Salvador Pendón el Secretario de Política Municipal y Marisa Bustinduy miembro de la dirección provincial. Cuatro años después, en las locales de dos mil tres, el PSOE obtiene catorce diputados y mantiene el gobierno de la Diputación mediante un pacto con Izquierda Unida. Marisa Bustinduy era la Secretaria General, Salvador Pendón era Secretario de Política Municipal del PSOE de Andalucía y Juan Fraile Presidente de la Diputación. En las elecciones de dos mil siete el PSOE obtiene quince diputados y mantiene el acuerdo con Izquierda Unida y el gobierno provincial. Marisa seguía siendo Secretaria General y además Vicepresidenta de la Diputación, al igual que Juan Fraile, y Salvador Pendón era Presidente de la Diputación. En las elecciones locales de dos mil once, el PSOE obtiene en Málaga diez diputados, perdiendo el gobierno de la Diputación. Ni Juan, ni Marisa, ni Salvador tienen cargos orgánicos cuando se celebran las elecciones. Marisa estaba ocupada en el Parlamento de Andalucía y la dirección provincial del PSOE había dejado claro desde muchos meses antes de las elecciones que no contaba ni con Salvador ni con Juan. Si alguien está convencido de que las cosas así no sucedieron, que lo demuestre.

Cuando el cinco de julio de dos mil siete presento a los medios de comunicación las responsabilidades que cada uno de los diputados asumirían en el nuevo gobierno de la Diputación, el ambiente en las filas socialistas era de euforia pues, como digo más arriba, a sólo un diputado estuvo el PSOE de alcanzar la mayoría absoluta tras las elecciones locales celebradas algo más de un mes antes. En la fotografían, por encontrarse fuera de la provincia en aquel momento, faltan Marisa Bustinduy y Encarnación Páez, una de los dos diputados de Izquierda Unida. Obsérvese que entre las presentes y la ausente, las mujeres del grupo socialista suman seis, con lo que se cumplía el criterio de paridad entre sexos al que el PSOE se obliga desde hace años.

La falta de complejos de quienes conforman el nuevo gobierno de la Diputación de Málaga va pareja a la incompetencia de algunos medios de comunicación de la provincia o de quienes trabajan para ellos. De otra manera no se explica que hace unos días trasladaran, tal cual y sin contrastar, la información que les facilitaba el Vicepresidente de la institución dando cuenta de que entre dos mil once y dos mil doce se aplicará un Plan de choque para la mejora de la red viaria provincial por importe de cinco millones de euros. Cuesta creer la falta de profesionalidad que “compra el mensaje” a ciegas, en lugar de indagar y requerir datos que, en este caso, hubieran dado como resultado la evidencia de que los responsables de la red viaria dependiente de la Diputación tienen “más cara que espalda” y “venden” como novedosas las actuaciones ya previstas. ¿O cómo piensan los periodistas que trasladan la información que un equipo de gobierno que toma posesión el veinticuatro de junio va a disponer mes y medio después de los proyectos técnicos y de la financiación para actuaciones por importe de cinco millones de euros?

Como malagueño preocupado por las cosas de su provincia, sin que en la intensidad de esa preocupación tenga que ver el desempeño o no de responsabilidades institucionales, me daría por satisfecho con que después de los próximos cuatro años, el gobierno de la Diputación actual haya invertido el cincuenta por ciento de lo que en los últimos cuatro el gobierno socialista de la provincia aplicó en la mejora y mantenimiento de la red viaria. El dos de julio de dos mil diez, con la asistencia de los alcaldes de ambos municipios, visitamos las hacía poco terminadas obras de mejora de la carretera entre Cañete la Real y Almargen, en un día de viento intenso, que no en vano es la del Guadalteba la zona de la provincia que con más aerogeneradores ha pintado el horizonte de cerros y colinas.


viernes, 26 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LVII

De los tres delegados del Gobierno de la Junta de Andalucía con los que coincidí en el tiempo en el que presidí la Diputación de Málaga, fue con José Luís Marco con el que tuve mejor relación, tanto en lo personal como en lo político. Una de las cosas buenas que me proporciona la nueva situación de “ciudadano de base” es que puedo decir lo que pienso sin tener que guardar formulismo alguno y acogiéndome sólo al debido respeto a las personas. Ya he dejado dicho que una relación de tipo afectivo no debe nunca condicionar la actuación en el plano político institucional, pero no es menos cierto que si es positiva facilita el entendimiento entre las partes, favorece la interlocución y humaniza un mundo que a menudo se advierte como distante y desapacible. Con José Luís tuve y tengo sintonía en los planteamientos que tienen que ver con la manera de ver y entender la vida propia y la de los demás y comparto el compromiso y el modo en el que debemos trasladar a la realidad las ideas que sostienen la formación política a la que pertenecemos. Tuvimos también el convencimiento de que si no se trabaja en la dirección de coordinar el trabajo realizado desde las administraciones gobernadas por los socialistas no sólo estamos perdiendo oportunidades como grupo sino que flaco favor le prestamos a la sociedad. Con tales antecedentes, no es difícil comprender el por qué de la aseveración con la que iniciaba este relato.

El veinticinco de julio de dos mil cinco, en la Delegación del Gobierno, en nombre de los alcaldes de los ochenta y cuatro municipios de la provincia con menos de diez mil habitantes, asistí a la presentación del programa Hogar Digital, por el que la Junta de Andalucía se comprometía a satisfacer el setenta y cinco por ciento del importe de la conexión a Internet de las familias con residencia en los municipios antes señalados, como una más de las acciones contempladas dentro del Plan de Ayudas a las Familias desarrollado por el gobierno de la Comunidad Autónoma.

Cuando llegó a la Presidencia de su Junta Directiva, Diego Pérez se encontró una Federación Provincial de Peñas Flamencas literariamente muy bien definida pero inexistente como órgano coordinador de actividades y gestor de los intereses comunes de las casi cuatro decenas de entidades existentes en nuestra provincia. Diego ha realizado una ingente labor a base de una generosa implicación personal que ha servido de ejemplo y de incentivo para arrancar el compromiso de suficientes representantes de peñas como para alcanzar el objetivo de que éstas aparezcan como asociaciones dinámicas, interrelacionadas y con capacidad de ponen en marcha programas comunes de promoción, difusión y defensa del arte flamenco. Diego Pérez ha conseguido que no quede reducida a pura expresión retórica la afirmación de que las peñas son los reductos en los que se mantuvo viva la llama del flamenco en los tiempos en que se vio amenazada. Ahora sí es una evidencia que muchas de las peñas federadas cumplen de manera fehaciente ese cometido irrenunciable para los aficionados. La buena labor del Presidente de la Federación de Málaga se ha hecho visible y ha sido valorada por las federaciones de las demás provincias, lo que le ha valido que los responsables de las mismas le hayan elegido Presidente de la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas, reconociendo sus dotes organizativas y la capacidad de interlocución con entidades e instituciones públicas.

Junto a la puesta en marcha del Congreso Internacional de Peñas, el Concurso de Cante para Jóvenes, la potenciación de la Escuela de Cante y Baile y el circuito “Nuevas Voces”, el ciclo de conferencias ilustradas en las peñas, etc. una de las muchas actividades que venía realizando la Federación, a la que Diego Pérez ha querido dar realce, es el encuentro anual de peñas, a algunos de los cuales he asistido. En el de dos mil nueve, mientras me dirigía a los peñistas que se habían desplazado hasta Almáchar el cinco de julio, creía estar sobre brasas, pensaba que de un momento a otro el suelo se iba a derretir a mis pies, tal era la temperatura alcanzada por los ladrillos del piso del escenario desde el que hablaba. Afortunadamente para él, Diego estaba en aquel momento ocupado en otros menesteres y se evitó tan duro trance.

De todas las que tuve la ocasión de conocer, y aseguro que fueron pocas las que no conocí, sin dudas la feria de día de Cortes de la Frontera es la de mayor animación de la provincia, teniendo en cuenta la proporcionalidad entre residentes en el municipio y asistentes a la fiesta y la más que sobresaliente predisposición a la diversión de estos últimos. Casi veinticinco años después volví a comprobarlo, si bien aquella primera ocasión en la que estuve en la feria no llamó tanto mi atención la desbordada alegría de los cortesanos porque la mía, al ir formando parte de una panda de verdiales, no era menor. Entonces era tan “ciudadano de base” como lo soy ahora y podía permitirme recorrer la geografía malagueña reafirmándome en la guitarra con el toque de mis mayores sin que ningún impertinente se viera en la obligación de censurarlo. En los tres últimos años volví a conocer el inmejorable ambiente de una fiesta a la que siempre acudí el día en el que la misma se iniciaba con la suelta de vaquillas, dado que Cortes es pueblo de tradición taurina, tal y como se evidencia en la existencia en la localidad de una de las doce plazas de toros con las que cuenta nuestra provincia. Después, el en todas partes habitual recorrido por los chiringuitos y casetas. En este pueblo serrano conocí la ventaja de acudir a las fiestas en la calle el año en el que su Alcalde, Francisco Márquez, con muy buen tino me presentó a casi cuatrocientos de sus paisanos, con los que intercambié saludo y breve conversación.

El veintiuno de agosto de dos mil diez, poco antes de que se procediera a la suelta de vaquillas, posamos con un sargento de la guardia civil de servicio en la localidad y con el capitán de la compañía de Ronda, de paisano en esta ocasión. Esteban Gómez es un extraordinario profesional que ha alcanzado en la Serranía de Ronda unos llamativos índices de eficiencia en lo que tiene que ver con la seguridad. Pero en lo que destaca sobremanera es en la muy positiva consideración que de todos los alcaldes y concejales de la Comarca ha ganado a base de estar siempre disponible y de cumplir rigurosamente y sin desmayo con la colaboración que se le demanda.


jueves, 25 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LVI

En las elecciones locales de mil novecientos noventa y cinco, los ciudadanos de Cuevas de San Marcos revocaron la mayoría absoluta que cuatro años antes le habían concedido al PSOE y se la otorgaron a Izquierda Unida, que volvió a ganar, aunque ya por mayoría simple, los comicios de mil novecientos noventa y nueve y dos mil tres. Tras doce años de gobierno de la coalición, en las locales de dos mil siete el PSOE obtuvo de nuevo el respaldo mayoritario de los cuevachos, con el 49,88 % de los votos y 6 concejales. Se abrió entonces un período en el que algunas de las interesantes propuestas del programa socialista empezaban a tomar cuerpo, al tiempo que el afán de protagonismo de miembros de la organización local del PSOE se traducía en una labor de mina del trabajo institucional con argucias y trapicheos tras los que se escondían el deseo de satisfacer aspiraciones particulares en lugar de saldar positivamente el compromiso de servir a la sociedad asumido junto con la victoria electoral. La dirección provincial, atenta como siempre a extender sus tentáculos más que a consolidar un gobierno tanto tiempo deseado, prestó atención a las conspiraciones domésticas, disolvió la agrupación en un claro gesto de desautorización del Alcalde, miembro por cierto de esa misma dirección provincial, apoyó a quienes le venían “haciendo la cama” y concluyó el proceso con la presentación de una candidatura en la que el candidato a la Alcaldía era uno de los concejales que se habían posicionado frente al Alcalde. Pasó lo que suele pasar cuando una formación política se empeña en quitar el alcalde que ha elegido el pueblo: en las elecciones del pasado veintidós de mayo el PSOE perdió veintitrés puntos de apoyo popular, obtuvo tres concejales y regaló la mayoría absoluta a Izquierda Unida. ¡Con dos cojones!

El cuatro de julio de dos mil siete, cuando todavía no había sido dado “meter la cuchara” a sempiternos conspiradores, el grupo socialista de Cuevas de San Marcos aparecía compacto, ilusionado y con ganas, consciente de la responsabilidad que significaba ser protagonista de un cambio político que devolvía a los socialistas el gobierno de un municipio emblemático para la organización provincial del PSOE, pues en los tiempos de la transición política fue la de Cuevas de San Marcos una de las agrupaciones socialistas con más afiliados en toda Málaga. En el despacho de Alcaldía, Manuel Hinojosa me puso en antecedentes de todos los proyectos que consideraba necesario ejecutar para ayudar a su pueblo a superar la situación de desánimo a la que había dado lugar la anodina gestión de Izquierda Unida durante los doce años anteriores.

El PSOE ganó la Alcaldía en Valle de Abdalajís tras el triunfo en las elecciones locales de dos mil siete. Mal momento para asumir el gobierno de un pueblo al que los gestores anteriores, del Partido Popular, habían dejado en bancarrota, con una deuda superior a los dos millones de euros, insoportable para un municipio de tres mil habitantes, con subvenciones finalistas empleadas de manera fraudulenta, de las cuales era la más grave la que tenía que ver con la no realización de obras del PER a pesar de haber gastado las cantidades destinadas a la contratación de mano de obra… Mal momento porque empezaba a notarse los efectos de la crisis y mal momento porque las obras de la línea del AVE Córdoba – Málaga habían tenido un efecto perverso sobre el acuífero de la localidad, secando manantiales y poniendo en peligro el abastecimiento a la población. Al fin, el gobierno presidido por Alfonso García llevó a buen puerto las gestiones con el gestor de Infraestructuras Ferroviarias, lo que trajo consigo la solución al problema del agua y la obtención de ayudas compensatorias que se emplearon en infraestructuras y equipamientos.

El cinco de julio de dos mil ocho visitó Alfonso García la Diputación para tratar un asunto surgido al rebufo de los problemas ocasionados en el acuífero por las obras de los túneles del AVE: propietarios de viviendas en el campo aprovecharon la ocasión para enganchar a la reivindicación general del pueblo la suya propia, que no era otra que la inexistencia de suministro en unas construcciones a las que el anterior Alcalde había dado licencia de obras de manera ilegal. Asunto complicado, al que intentábamos dar solución a través de diferentes instancias: la Sociedad Agua de los Verdiales, la delegación de Medio Ambiente de la Diputación, la Agencia Andaluza del Agua… Alfonso siempre estuvo preocupado por un asunto en el que tenía que actuar con rigor para no incurrir en manifiesta ilegalidad. No hace mucho escuché en la radio las declaraciones de descontento de uno de los propietarios de las viviendas ilegales sin abastecimiento, por lo que el problema no se ha debido solucionar todavía.

Al igual que sucede con el antes mencionado Cuevas de San Marcos, Villanueva de Algaidas es uno más de los pueblos de nuestra provincia a los que, por lindar con otra, se les cuestiona el malagueñismo. Y no hay nada de cierto en esa percepción que algunos puedan tener, porque los nacidos en Algaidas son malagueños de naturaleza y de corazón. Tan de nuestra tierra que un grupo de ellos rinden tributo en una panda de verdiales a la más malagueña de las tradiciones musicales. Además de los desplazamientos para intervenir en actos políticos organizados por el PSOE, tuve la ocasión de visitar en varias ocasiones el municipio por motivos del cargo que desempeñaba. En un ejercicio apresurado de memoria, recuerdo la visita a la Cañada Padilla, espacio en vaguada para el que el Ayuntamiento tenía un proyecto de urbanización que por diversos problemas se ejecutaba con un ritmo excesivamente lento si se tiene en cuenta que la zona formaba ya parte del casco urbano de la localidad, la que tuvo como justificación la entrega de un vehículo al Ayuntamiento y el desplazamiento al pago rural de La Atalaya, la motivada por la inauguración de una reforma y ampliación llevada a cabo en el consultorio médico y la que en la pasada primavera sirvió para inaugurar un polideportivo cubierto.

Al igual que viene sucediendo desde hace tiempo, en las pasadas elecciones locales los algaideños otorgaron cinco concejales al PSOE y otros tantos a Izquierda Unida, si bien esta última formación obtuvo treinta y siete votos más. Los responsables locales de ambas formaciones alcanzaron el acuerdo que debiera ser normal en razón del componente ideológico de cada una y, en el caso de Algaidas, teniendo en cuenta lo ajustado del resultado en urna: el candidato de cada formación será Alcalde durante dos años. En estos momentos y hasta junio de dos mil trece lo será el de Izquierda unida, José Cabrera, que ya lo era cuando el veintitrés de julio de dos mil tres visitó al Presidente de la Diputación en la sede provincial de calle Pacífico.


miércoles, 24 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LV

Aprovecharé los días que quedan de agosto para recoger actividades que por no cargar demasiado cada uno de los capítulos de la serie no mencioné en el día en el que sucedieron o que, de manera deliberada, dejé atrás para darle trato singular. La segunda circunstancia se da en el caso de la celebración del XIV Festival Provincial Itinerante de Verdiales, que tuvo lugar en El Borge el uno de agosto de dos mil ocho. Este anual encuentro verdialero tiene para mí un significado importante puesto que su existencia responde a la aprobación en el Pleno de la Diputación de una moción que, siendo miembro de la oposición, presenté el año mil novecientos noventa y seis. Y la décima cuarta edición tenía el valor sentimental añadido de que llegaba en su itinerancia a mi pueblo natal.

En el transcurso del Festival, la Federación Provincial de Pandas de Verdiales, organizadora del mismo, quiso reconocer la condición de fiesteros y el compromiso en la promoción de los verdiales del Presidente de la Diputación y del Alcalde de Comares, Manuel Robles. Lo cierto es que los dos hemos entendido siempre perfectamente compatibles nuestra dedicación a la cosa pública con nuestra actividad fiestera cuando ha venido al caso. Y ni uno ni otro desperdiciamos nunca ocasión de apoyar a la fiesta y a los fiesteros cuando la ocasión lo demandaba. El Presidente de la antes mencionada Federación, José Gómez Santiago, entregó a cada uno una estatuilla en bronce, obra de Miguel García Navas, reproduciendo a un panderero en plena ejecución.

Conforman la Panda Primera de Comares un grupo de extraordinarios fiesteros y mejores personas. Con todos ellos tengo una magnífica relación, pero de manera especial con quienes hace años empezaron a ser amigos al tiempo que eran mis alumnos en la Barriada de Las Castañetas de Málaga. Nunca he necesitado otra cosa distinta a su afecto para tener claro que puedo contar con ellos y que me guardan idéntica consideración a la que les tengo, pero aprovechando la llegada del festival a mi pueblo quisieron tener un gesto (uno más) de amistad y me obsequiaron con una fotografía enmarcada de la Panda y algo con lo que sabían que tocarían la más sensible de las fibras de mis sentimientos: unos palillos para mi nieta y un sombrero de lazos para mi nieto. Para que la emoción fuera completa, recogí los regalos de manos de Paco el de Maroto, a quien quiero por vínculo familiar, por fiestero radical y por ser persona excelente.

Nunca tuve intención de rendirme ante quienes me criticaron de manera ácida unos comportamientos que para ellos era gusto excesivo por la fiesta y para mí sólo estar a la altura de las circunstancias, fuese cual fuese el lugar y el momento en el que me encontrase. Así que era inevitable coger la guitarra y “echar un revezo” con los amigos que a ello me invitaban. Como para no echarlo, estando en el Festival en cuyo origen tuve que ver, en el pueblo de mi naturaleza y con quienes son amigos porque ellos y yo queremos… A pesar de todo, he de reconocer que las críticas que por ser pueblo con el pueblo me hicieron algunos no dejaban de ser benevolentes: si los críticos hubieran sabido lo que de ellos pensaba y pienso, seguro que sus comentarios habrían sido más duros. Bueno, lo cierto es que aquel uno de agosto de dos mil ocho toqué con la Panda de Comares, que por eso aparezco al lado de Juani Moreno, en disposición ambos de servir a la fiesta y a la amistad.

Como les conozco y sé lo sensibles que son para estas cosas, no voy a dejar de recordar a quienes conforman ese grupo de “amigos y fiesteros” trasladados a la fiesta de Comares desde Las Castañetas. Además, como estas memorias no se rigen por reglamento alguno en lo que tiene que ver con la procedencia de las fotografías y dado que de aquella noche en El Borge no quedó constancia gráfica distinta a la que he insertado antes, sirva la obtenida en el Encuentro de Escuelas de Verdiales celebrado en Santa María del Cerro el dieciséis de octubre de dos mil cinco.


martes, 23 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LIV

Hoy empieza la feria de Sierra de Yeguas que, como viene siendo habitual desde hace años, tuvo anoche el más andaluz de los preámbulos con la celebración de la Noche Flamenca, en la organización de la cual colabora la Peña “La Gañana”. Los habitantes de esta localidad, en el límite de las provincias de Málaga y Sevilla, defienden que en ella se encuentra el centro geográfico de Andalucía y así lo hacen constar en cuantas ocasiones viene al caso y en una placa situada en la entrada al pueblo por la antigua carretera de Campillos. Tiene Sierra de Yeguas una rica agricultura y, en razón de su situación en el territorio, unas posibilidades logísticas no exploradas. Desde hace casi dos décadas arrastra este municipio una prolongada inestabilidad política en el gobierno local, lo que merma su potencial a falta de la necesaria planificación. Ni la obtención de mayoría absoluta por el Partido Popular en las elecciones locales de dos mil siete trajo consigo el deseado y necesario sosiego que requiere la gestión de los intereses públicos porque un problema surgido entre el Alcalde y una de sus concejalas puso al pueblo en la primera línea de la actualidad y dio como consecuencia el cambio de signo del gobierno tras una moción de censura interpuesta por el Partido Andalucista y el PSOE con el apoyo de la concejala antes mencionada. En las recientes elecciones del veintidós de mayo volvió a ser el Partido Popular la formación política más votada, pero sin mayoría absoluta, por lo que a la vista de los antecedentes, en Sierra de Yeguas no hay nada seguro en lo que tienen que ver con el gobierno del Ayuntamiento.

El veintitrés de agosto de dos mil cuatro, coincidiendo con el inicio de las fiestas, cortamos la cinta que daba paso a un recinto ferial de estreno. Era entonces Alcalde el andalucista Salvador Ortiz, que gobernaba en coalición con el PSOE. El nuevo espacio para la celebración de la Feria significaba sacar la misma del centro del pueblo, donde las posibilidades de ampliación eran nulas, y trasladarla a un lugar bien urbanizado y con todos los servicios necesarios para un evento de estas características. Un avance más para uno de los pueblos de nuestra provincia.

Daba cuenta en un capítulo anterior de la presentación del Plan de Mejora de la Red Viaria provincial de mayor importe de cuantos hasta entonces había llevado a cabo la Diputación de Málaga. Supuso también uno de los mayores esfuerzos del personal político y funcionarial al servicio de la misma. Téngase en cuenta que en el mes de junio de dos mil diez el Ministerio de Política Territorial comunicó a la institución provincial que le concedía once millones de euros para atender las actuaciones que por importe de veinticinco millones le había presentado. Tuvimos, pues, que determinar la procedencia de los catorce millones no financiados por el Ministerio y proponer al Pleno la correspondiente modificación del Presupuesto. Tuvimos, también, que redactar los proyectos de ejecución de las obras previstas puesto que para solicitar la subvención sólo se habían presentado memorias presupuestadas. Tuvimos, antes de proceder a la licitación, que redactar los pliegos de contratación conforme a lo establecido en la Ley de Contratos del Estado. Y teníamos por delante los períodos de vacaciones del personal y la Feria de Málaga, con las dos semanas de práctica inactividad que comporta.

Pues bien, el veinticuatro de agosto de dos mil diez, dos meses después de recibir la respuesta favorable del Ministerio de Política Territorial a nuestra petición de subvención, convocamos a la prensa para darles cuenta de que ese mismo día se publicaba en el Boletín Oficial de la Provincia la licitación de las obras contempladas en el Plan al principio mencionado. En razón de la importancia que para la empresa y para el empleo tenía el volumen de contratación publicada, nos acompañaron el presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de Málaga, José Prado, y los secretarios generales provinciales de los sindicatos CC.OO. y UGT, Antonio Herrera y Manuel Ferrer. Para cumplir todos los trámites en tan corto espacio de tiempo resultó fundamental la implicación y actitud mostradas por los trabajadores de la Delegación de Fomento Local y Red Viaria, coordinados por su diputado Cristóbal Guerrero.

La Asociación para el Fomento de Congresos y Actividades Flamencas venía organizando desde hace tiempo un Congreso anual a fin de tratar y debatir sobre los asuntos que tienen que ver con la investigación y promoción del ahora declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En los últimos años, la falta de implicación de las instituciones públicas como consecuencia de la aplicación necesaria de recortes en sus gastos ante la situación de crisis económica ha traído consigo dificultades para la celebración de un evento que al tener lugar todos los años requiere importantes esfuerzos organizativos y económicos. Dificultades que han llegado incluso a la suspensión del que se tenía previsto celebrar en Mérida y a la no programación de otros nuevos. Si bien es posible que el ritmo de la investigación en torno al flamenco no dé para la convocatoria anual, sería lamentable que se dejara de celebrar de manera definitiva un encuentro que, con la necesaria adaptación a las exigencias del tiempo presente, puede seguir prestando un muy buen servicio al flamenco.

En septiembre de dos mil siete, en la clausura del Congreso celebrado en Cádiz, solicité la celebración del siguiente en la provincia de Málaga y comprometí la colaboración de la Diputación. El veintiséis de agosto de dos mil ocho, en el Ayuntamiento de Antequera, presentamos el programa del XXXVI Congreso Internacional de Flamenco que, para debatir sobre “El Flamenco en la cultura andaluza”, se iba a celebrar en la localidad entre los días tres y seis de septiembre. Estuvieron presentes la Concejala de Cultura del municipio anfitrión, su Alcalde, Ricardo Millán, y Gonzalo Rojo, Presidente de la Asociación organizadora.


lunes, 22 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LIII

Ayer terminó la feria de Cuevas Bajas. Su equipo de gobierno quiso que fuesen mis palabras las que el pasado jueves dieciocho anunciaran a los cueveños la buena nueva del inicio de la más importante de las fiestas que a lo largo del año se celebran en la localidad en la que las provincias de Málaga y Córdoba se dan la mano. Quienes a lo largo de los últimos ocho años me distinguieron con su estima y reconocimiento pueden estar seguros de que el mío lo tendrán siempre. Pero nadie se enfade porque mis sentimientos ahonden un poco más en el agradecimiento a quienes en mí pensaron después de que haya vuelto a la condición de “ciudadano de base”. Que el Alcalde del municipio, Manuel Ginés, y su equipo de gobierno rompiesen la tradición de que sea un hijo del pueblo quien pregone la feria para honrarme con el encargo ahora que para ello no puedo alegar otra condición que la de malagueño que por su tierra y su gente se comprometió hasta donde pudo, es emocionante y cubre con creces los olvidos inesperados y las ausencias injustificadas. Manu y los concejales de su grupo pueden estar seguros de que los límites territoriales no compartimentan los afectos que para siempre me unen a quienes me brindaron la oportunidad de conocerles y me permitieron marchar a su lado y participar de sus inquietudes y aspiraciones, de sus desvelos y alegrías, de sus fortalezas y debilidades…

No quedó constancia gráfica del momento del pregón, pronunciado en la caseta instalada en la plaza del pueblo ante los cueveños, auténticos protagonistas de la fiesta, algunos alcaldes de la zona y otros que lo fueron, así que aprovecho la ocasión para recordar otras actividades que, aunque no sucedieron en verano, sirvieron para acercarme a Cuevas Bajas y compartir momentos de preocupaciones y de júbilo con quienes se afanan en alcanzar el objetivo de que sus vecinos vivan con normalidad el tiempo presente sin perder el horizonte del futuro.

Hice mención en uno de los capítulos anteriores al hecho de que Manuel Ginés, cuando en junio de dos mil siete tomó posesión como Alcalde de Cuevas Bajas, no disfrutó un solo minuto del cargo que sus paisanos le habían otorgado, porque no había terminado de prometerlo cuando tuvo que aplicarse en la solución de un problema que si bien es grave en cualquier época del año lo es más en el verano: los pozos que abastecen de agua potable a la localidad sufrían contaminación y el abastecimiento a la población se hacía con serias restricciones. Removió el Alcalde Roma con Santiago buscando una solución rápida a problema tan acuciante. El nueve de julio de dos mil siete, en la Diputación, mantuvimos una reunión con el Diputado responsable de Medio Ambiente y uno de sus jefes de servicio. Se estudiaron las diversas alternativas, se eligió la más apropiada y, desde hace años, el suministro de bien tan necesario no presenta problema alguno en Cuevas Bajas.

Tiene Cuevas Bajas una fértil huerta en las riberas del Genil. Los frutales y hortalizas que en ella se cultivan tienen un extraordinario rendimiento por la calidad de la tierra y la abundancia de agua. Están los hortelanos, y quienes sin serlo sienten el amor propio de hijo del lugar, especialmente orgullosos de una de las hortalizas, la zanahoria morá, pues no en vano es este territorio uno de los pocos del mundo en el que se cultiva. A medio camino entre la zanahoria y el rábano en su aspecto externo, al corte presenta unos círculos concéntricos de un colorido llamativo. En estos momentos, un científico natural del pueblo se afana en la realización de estudios y análisis que determinen las propiedades nutritivas y los efectos benéficos sobre la salud del producto. Por lo pronto, lo primero que ha trascendido son las propiedades afrodisíacas. Para celebrar tan original muestra de la agricultura local, el municipio celebra en los primeros días del último mes del año una fiesta en su honor. La cuarta edición de la misma tuvo lugar el siete de diciembre de dos mil ocho.

Como la casi totalidad de municipios de nuestra provincia, el de Cuevas Bajas fue castigado por el fenómeno de la emigración de los años sesenta. Más de mil hijos de esta tierra fueron los que se decidieron a buscar mejores condiciones de vida fuera de los límites provinciales. Alrededor de setecientos se instalaron en la localidad gerundense de La Bisbal d´Empordá. Uno de ellos fue Manuel Lara, que recogió en un libro anécdotas, vivencias y fotografías de los primeros tiempos en tierras catalanas de quienes de manera involuntaria se habían visto alejados de la suya. El dieciocho de junio de dos mil diez, en un abarrotado salón de actos de la que todavía era provisional casa-ayuntamiento, el autor presentó “De Cuevas Bajas a La Bisbal d´Empordá”, con la presencia de los alcaldes de ambas localidades y miembros del gobierno local.


domingo, 21 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LII

Excepto en dos mil diez, que también descansé diez días de julio, durante el tiempo en el que presidí la Diputación disfrutaba las vacaciones una vez terminada la feria de Málaga y me incorporaba una vez concluida la de Ardales, en la segunda semana de Septiembre. No obstante, nunca estuve más de cinco días seguidos sin atender obligaciones, ya que las vacaciones consistían en no ir al despacho y seguía, por tanto, atendiendo las invitaciones de los alcaldes para acudir a sus pueblos por los más diversos motivos. De todas formas, la actividad era bastante menor, por lo que a partir de ahora las tres noticias de las que voy a seguir dando cuenta en estos relatos no serán, en algunas ocasiones, del mismo día de años diferentes.

El veintiuno de agosto de dos mil tres la feria de Málaga encaraba la recta final. Todavía no había abandonado Manuel Chaves, Presidente de la Junta de Andalucía, la costumbre de pasar por ella un día, que siempre iniciaba con visita al Alcalde de la ciudad en el Ayuntamiento, paseo por las calles del Centro, comida con los compañeros del PSOE y tarde de toros en La Malagueta. Con el tiempo, fue sustituyendo la comida con los compañeros por otras restringidas, dejó de ir a los toros y, por último, dejó de venir a la feria. No voy a creer que esta decisión última estuviese motivada por otras razones distintas a la pérdida de perspectiva que a todos nos alcanza cuando el ejercicio de una responsabilidad se alarga hasta el punto de convertirse en rutinario. Lo cierto es que “por no aguantar la presión reivindicativa” del Alcalde de Málaga durante unos minutos terminamos cediéndole un protagonismo que De la Torre ha capitalizado hasta el punto de que nosotros mismos nos hemos convencido, o al menos hemos actuado como si lo estuviéramos, de que la fiesta es patrimonio del equipo de gobierno y que a nosotros nos cabe sólo la oportunidad de criticar sus aspectos negativos en lugar de compartir con el pueblo de Málaga el lado positivo de una celebración importantísima para la ciudad. Todavía tenemos pendiente los socialistas desprendernos de las últimas costras del rechazo que nos ha producido la fiesta entendida exclusivamente como celebración orgiástica y pasar a la defensa del carácter estimulador del potencial socioeconómico de manifestaciones del calado que tiene la que ahora termina.

Pues cuando las cosas eran como siempre debieran de ser, ahí nos tienen, antes de iniciar el paseo por la calle Larios, ante la portada de la misma, basada en la inspiración de Eugenio Chicano que, dando muestras una vez más de la identificación con los elementos más propios de la tradición malagueña, había colocado un espeto de sardinas sobre los multicolores lazos del sombrero de verdiales.

Argumenté hace algunos días la intención que nos movía a la hora de proceder a invitar a quienes pensábamos que tenían merecido presenciar desde el burladero de la Diputación algunas de las corridas de toros celebradas en La Malagueta. Como nunca llueve a gusto de todos, desde sectores conservadores se me acusó de utilizar con sectarismo partidista la asistencia de quienes acudían al callejón de la plaza. Por el contrario, desde mi propia formación política se me echó en cara que no fuese más restrictivo a la hora de barajar la adscripción política de quienes me acompañaban. Durante mi etapa de Presidente, incluyendo los del ciclo ferial y otros aislados, se celebraron en nuestra plaza de toros casi cien festejos taurinos, lo que teniendo en cuenta el aforo del burladero viene a significar en torno a setecientas asistencias. Tal vez algunas no estaban suficientemente justificadas, tal vez otras eran prescindibles o tal vez se dio el caso de quien, mereciéndola, se quedó sin recibir la invitación. Teniendo en cuenta que en esas siete centenas de espectadores privilegiados, por la cercanía al ruedo, al toro y a los toreros, hay quienes repitieron algunos años, por el burladero de la Diputación durante los últimos ocho años pasaron alcaldes, diputados, ministros, profesionales y directivos de los medios de comunicación, deportistas, artistas de fama internacional, empresarios, sindicalistas…

El veintiuno de agosto de dos mil cuatro recibí las críticas de algunos de mis compañeros por compartir el burladero con Julio Iglesias. No las escuché porque, más que su vinculación política a la derecha conservadora, para mí era importante no desechar la oportunidad de hacer aparecer en la feria de Málaga a quien siendo artista de fama mundial mantiene casa en nuestra provincia y por aquel entonces pasaba largas temporadas en ella, con lo que de promoción significaba para nuestra Costa del Sol. Su comportamiento fue en todo momento amable y atendió todas las peticiones de autógrafos que desde la barrera le hicieron. Sólo fue inflexible a la hora de no permitir que le hicieran fotografías desde su “lado malo”. Le brindó la muerte de un toro Enrique Ponce, que encabezó el cartel que completaron Javier Conde y César Jiménez.

Haber sido elegida para la promoción de la película Los Pitufos en 3D ha significado para la localidad de Júzcar una experiencia única que ha propiciado que muchos sepan de su existencia y que el interés por conocerla esté significando una muy alta afluencia de visitantes para un pueblo en el que los residentes no llegan a los doscientos cincuenta. Júzcar ya era un lugar encantador cuando sus casas lucían el tradicional color blanco de los pueblos malagueños y andaluces. Lo sigue siendo ahora que muestra un azul sorprendente entre el bosque de castaños que rodea el pequeño casco urbano. El Pueblo Pitufo, como ya es conocido ha sido protagonista de informaciones facilitadas por medios de comunicación de toda España. En estos momentos, la vida en la localidad gira en torno a esos pequeños personajes de una fantasía que ha captado la atención de niños de todo el mundo. La publicidad ha traído consigo una actividad económica impensable para un lugar en el que la mayor parte de ciudadanos en edad de trabajar siempre ha tenido que salir fuera para hacerlo. Los habitantes de Júzcar, que generosamente atendieron la oferta del Alcalde de cambiar el color a sus casas, barajan la posibilidad de mantener el azul actual y convertir lo que en principio fue advertido como una anécdota en la oportunidad de desarrollo económico que tan difícil se evidencia para todos los pequeños municipios de la Serranía de Ronda.

Durante este fin de semana, Júzcar celebra su feria y fiestas patronales en honor de la Virgen de Moclón. El veintidós de agosto del año pasado compartí con la gente de Júzcar la feria de día, en la que el menú de la comida colectiva, de la que ya hablé cuando me ocupé de la feria en otras localidades de la Serranía, tenía aquel día como plato principal una paella cocinada en la misma plaza del pueblo en la que se sirvió a los presentes. En la entrada de la plaza posamos algunos de los visitantes con David Fernández, al que por la repercusión ahora alcanzada por su pueblo bien pudiéramos llamar Alcalde Pitufo.


sábado, 20 de agosto de 2011

Memorias de Verano - LI

No hay dudas de que la Feria de Málaga fue más auténtica, singular y apreciada cuando en su desarrollo primaban los aspectos relacionados con la tradición ferial del sur de España. En los últimos años se van imponiendo otros bien distintos que están contribuyendo a despersonalizarla, amenazando con convertirla en algo amorfo que igual puede suceder en Málaga que en cualquier otro lugar, en agosto como en cualquier otra época del año. Una labor muy de agradecer en el mantenimiento de las señas de identidad propia de una celebración malagueña y andaluza es la que lleva a cabo la Federación de Peñas “La Alcazaba”, incentivando a las entidades adscritas no sólo a estar presentes en la feria sino a hacerlo en las condiciones más decorosas y sirviendo al afán de ofrecer a residentes y visitantes un ambiente tranquilo de diversión en el que sea posible la celebración de actividades propias de lo que siempre hemos entendido por feria en esta tierra y desechando la de aquellas otras que pueden llevarse a cabo en cualquier tiempo y lugar. El actual presidente de la Federación, Jesús González, es en los últimos años una voz en el desierto advirtiendo de los peligros ciertos del momento y reclamando medidas que vengan a defender la recuperación de los valores que hicieron distinta a la que durante un tiempo fue llamada “la mejor feria del sur de Europa”.

Junto a la labor de coordinación de la presencia de las peñas en la feria, La Alcazaba organiza también algunos actos del programa de la misma, de entre los que resalta, por la repercusión entre las entidades presentes en el real y el público en general, la elección de la reina y el mister de la feria. El veinte de agosto de dos mil seis coincidimos en la visita a la caseta de la federación de peñas con los elegidos la noche anterior y con quienes lo fueron en dos mil cinco.

Hay gente, por fortuna cada vez menos, que todavía no ha dejado de verla y valorarla como la jovencita que en mil novecientos ochenta y seis ganó el título de Miss España. Y es que quienes se introducen en el mundo del espectáculo por esta vía han de arrastrar la rémora de que, por una parte, quienes no la comparten muestren un rechazo que les impide apreciar la evolución de los protagonistas, y quienes son sus seguidores les vinculen a ella de manera permanente. Situación injusta para quienes han de soportar de por vida una consideración debida a circunstancias de las que progresivamente fueron alejándose y que impide a muchos identificar el crecimiento como persona de hombres y mujeres que son capaces de no sucumbir ante la brillantez de un mundo de lentejuelas y oropel y mantienen los pies en la tierra. Es el caso de nuestra paisana, de la malagueña de nacimiento y de vocación Remedios Cervantes. Si bien de la época en la que empezó a adquirir notoriedad mantiene la belleza exterior, los años le han proporcionado una hermosura intangible para quien la mira de lejos, pero de un extraordinario alcance para quien a ella se aproxima. Se conduce con una sencilla elegancia que la hace cercana y amable. Su progresión como persona enriquece la condición de empresaria responsable y la de notable actriz, consolidada en decenas de trabajos en televisión, teatro y cine. Mujer, en suma, a la que una indomable voluntad de superación ha llevado a ganar el respeto y la admiración de quienes la conocen en sus valores personales y en su capacidad profesional.

Remedios es gran aficionada a la fiesta de los toros. Todos los años que sus obligaciones se lo permitieron me acompañó en el burladero de la plaza malagueña. Es seguidora de José Tomás y no se perdió una sola de las presencias del diestro madrileño, tras su reaparición, en el coso de La Malagueta. La corrida de JT en la feria siempre tenía lugar el día veinte de agosto, cumpleaños del torero que más expectación despierta entre los aficionados y entre muchos de quienes no lo son. Hoy hace dos años que Remedios tuvo la ocasión de cantarle “cumpleaños feliz” sobre la música de la Banda de Gibraljaire, dirigida por el maestro José María Puyana.

Ya comenté en ocasión anterior como la provincia de Málaga “está de feria” en el mes de agosto, si no en un pueblo en el de al lado. No obstante, las ciento una localidades posibilitan circunstancias de todo tipo y siempre ha pasado que mientras unos lugares están de fiesta los responsables del gobierno de otros están ocupados en poner a disposición de los ciudadanos los equipamientos y servicios que el bienestar colectivo demanda. A la obligación del cargo sumé siempre la vocación de malagueño apasionado por su tierra para que no sólo no resultase pesado sino que fuese gratificante conciliar la presencia en la feria de Málaga con la atención a los municipios de la provincia. Ahora que se reaviva el debate sobre la necesidad de las diputaciones, tomando fuerza las voces que abogan por su desaparición, desearía que fuese posible el ejercicio de alcanzar respuesta cierta a la cuestión de si las pequeñas localidades dispondrían de, por ejemplo, las mismas instalaciones deportivas de las que disponen hoy si no existiese una institución pegada al terreno, conocedora del mismo y sensible con quienes en él viven. Cuevas del Becerro tiene algo menos de dos mil habitantes. Además de otras pequeñas actuaciones para favorecer la práctica deportiva, en los años en los que la presidí, La Diputación cofinanció las obras que hicieron de una pista deportiva al aire libre un polideportivo cubierto y las de reforma de dependencias e instalación de césped artificial en el campo de fútbol.

Coincidiendo con la feria de Málaga de dos mil diez, el veinte de agosto ayudé a Joaquín Esquina, Alcalde de la localidad, a cortar la cinta de inauguración de las obras de reforma de la piscina pública, que llevaban aparejadas la construcción de bar-restaurante. Así pues, la Cueva es uno más de los municipios de nuestra provincia de menos de dos mil habitantes que tienen las tres instalaciones deportivas que acabo de mencionar. En lugar de criticar como excesiva tal disponibilidad, quienes viven en lugares en los que esa ratio de instalaciones por habitantes es impensable en estos momentos se deberían de aplicar en conseguirla. Y pensar que quienes viven en esos municipios no disponen de muchas otras oportunidades de las que sí disfrutan quienes viven en grandes ciudades.


viernes, 19 de agosto de 2011

Memorias de Verano - L

Desde que el veintiséis de marzo de dos mil siete se inauguró la nueva sede de la Diputación de Málaga en el Paseo Marítimo de Poniente, en el despacho del Presidente cuelga un cuadro de Félix Revello de Toro, elegido de entre los varios del artista que forman parte del extraordinario patrimonio artístico, principalmente de pintura, de la institución provincial. Del mismo autor es también uno de los murales que adornan las paredes del Centro Cultural ubicada entre las calles Ollerías y Parras de la capital malagueña. Y en la galería de presidentes democráticos hay dos magníficos retratos, los de Luís Vázquez y Juan Fraile, firmados por el artista que desde hace años reside en Barcelona. No hace mucho que el Ayuntamiento de Málaga abrió un museo dedicado a la interesante y copiosa obra de nuestro paisano. Félix es persona de una afabilidad extraordinaria y pintor de una capacidad incuestionable. Siempre ha sido generoso a la hora de proclamar su malagueñismo. Tales méritos le han valido numerosos reconocimientos artísticos, ciudadanos e institucionales, entre los que destacan la Medalla de Andalucía y las distinciones de Hijo Predilecto otorgadas por la ciudad y la provincia de Málaga.

Félix ha pintado cuadros que han servido después para anunciar importantes celebraciones de su tierra, tales como la Feria y el Carnaval de Málaga, la Fiesta del Ajoblanco de Almáchar y la feria taurina de dos mil seis. La pintura utilizada para el cartel de ésta última, que durante algún tiempo se expuso en el Museo taurino de la Plaza de La Malagueta, fue firmada por el artista antes del inicio de la corrida del diecinueve de agosto, en presencia de los responsables de asuntos taurinos de la Diputación.

Miguel Márquez ha sido uno de los más importantes toreros malagueños de todos los tiempos, alcanzando en dos temporadas el número uno en el escalafón de matadores de toros en cuanto a números de festejos en los que tomó parte, superando en una de ellas las cien corridas. Murió pocos meses antes de la feria taurina de dos mil siete y, queriendo la Diputación que no pasase inadvertida la pérdida de Márquez en fechas taurinas de tanta relevancia, antes de una de las corridas se descubrió, en el patio de cuadrillas y en presencia de uno de sus hermanos y de su hija Verónica, una placa provisional en memoria del fuengiroleño, hasta que el recordatorio se situase en el lugar definitivo. Posteriormente, se encargó un cuadro al pintor Manuel Pérez Ramos, que pintó al torero saludando en una Malagueta con los tendidos abarrotados. Ese cuadro se trasladó a cerámica y se le preparó un marco de forja, a fin de colocarlo en el lugar en el que de manera definitiva se pretendía homenajear a tan importante figura de la tauromaquia.

No son muchos los toreros malagueños cuya trayectoria artística es recordada en la plaza de La Malagueta. Si mal no recuerdo, son Antonio Ordóñez, por su consideración de figura cumbre del toreo de todos los tiempos, Manolo Segura, por ser el matador que más veces salió por la Puerta Grande del coso del Paseo de Reding, y Javier Conde, por su actuación en la corrida nocturna celebrada el diecinueve de agosto de mil novecientos noventa y cinco. Quienes vayan a tan renombrada plaza de toros tienen ahora la posibilidad de recordar también los méritos de Miguel Márquez, después de que su hija descubriese el diecinueve de agosto de dos mil ocho la cerámica con la que la Diputación de Málaga homenajeaba a uno de los destacados hijos de la provincia.

Nunca ignoré que siempre hubo gente que interpretaba la presencia del Presidente de la Diputación, y de los políticos en general, en el burladero reservado para la institución en la Plaza de toros de La Malagueta como un gesto de exhibicionismo injustificado. Está claro que no coincido en la apreciación porque de ser así habría dejado de acudir a él y nunca sucedió, pues desde dos mil tres a dos mil ocho asistí a casi todas las corridas que se celebraron en el coso, tanto en la feria de Málaga como en otras fechas señaladas, como el fin de la Semana Santa. Si no estuve presente en algunas de ellas fue por coincidencia con otras obligaciones, entre las que era fija acudir a la Feria de Antequera, comarca por la que fui diputado provincial. Ahora que no tengo la responsabilidad de presidir el gobierno provincial no voy a los toros y no pasa nada, pero la tradición manda que durante las corridas del ciclo ferial malagueño se aprovecha que la propiedad de la plaza es de la Diputación y se atienden los compromisos de ésta con gente de la política, la economía, la cultura y la sociedad de Málaga, porque también son muchos quienes perteneciendo a ella colaboran generosa y decididamente con las instituciones públicas. No sé si hice mal, o bien, o regular, pero seguí con lo que antes de llegar era habitual, que tampoco vine a remover tierra y mar ni a confundirlos con el cielo.

Todos los años compartí burladero con profesionales y directivos de los medios de comunicación de Málaga, que copaban el burladero para dos de las corridas, puesto que los pases de callejón disponibles no permitían atender a todos en un solo día. El diecinueve de agosto de dos mil diez, quienes asistieron representado a Prensa Malagueña (José Luís Romero y Juan Soto), la Cadena SER (Esther Luque: volveremos a los toros, Esther), Canal Sur (Juan Luís Navarro y Carmen Beamonte) y Onda Cero (José Manuel González) fueron fotografiados por Joaquín Bueno, a quien debo algunas de las instantáneas que me permiten el mejor ejercicio de la memoria.


jueves, 18 de agosto de 2011

Memorias de Verano - XLIX

Desde hace años, el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga viene realizando una meritoria labor en la defensa de la que en el pasado fue una de las señas de identidad y pilar fundamental de la economía de Málaga y hoy se advierte como una posibilidad cierta de diversificar las oportunidades de generar riqueza y empleo. La Diputación de Málaga suscribió en su momento un convenio por el que se comprometía a colaborar con las iniciativas y actividades del Consejo, de manera especial con las que tenían que ver con la promoción de los productos acogidos a la denominación de origen y con el análisis y estudio de las características de los terrenos susceptibles de acoger el cultivo de vides destinadas a la producción de vino. No es resultado exclusivo de la acción del Consejo, pero sin duda que éste ha tenido protagonismo decisivo en la aparición de nuevos caldos que se unen a los tradicionales moscateles de nuestra tierra, conocidos y apreciados en todo el mundo, sobre todo en su variedad de Pedro Ximén. Fue en la zona de Mollina donde se empezó a explorar las posibilidades de ampliación de la gama de vinos, llevando a cabo intentos de elaboración de tintos, blancos y finos, con dispar resultado. Posteriormente, con un rápido incremento de la superficie cultivada, Ronda se incorpora a la producción vitivinícola, sumando en pocos años un importante número de bodegas que ofrecen tintos, algunos de ellos de calidad interesante. En estos momentos, hay proyectos de cultivo de vid con destino a vino en prácticamente toda la provincia de Málaga, advirtiéndose, por tanto, más necesaria que nunca la acción de la entidad reguladora a fin de ordenar las posibilidades de crecimiento del sector.

Hasta que se abrió el Museo del Vino, el Consejo estaba presente en todas las ferias de Málaga, ofreciendo promociones y degustaciones de los vinos de Málaga. El año dos mil tres llevó a la práctica una iniciativa novedosa para la feria, ofreciendo cursos rápidos de maridaje. El dieciocho de agosto, un grupo de representantes de instituciones públicas y entidades ciudadanas, junto al Consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Gaspar Zarrías, recibimos información sobre los vinos más acertados para potenciar el sabor y hacer más agradable la ingesta de algunos alimentos.


Ahora que la afición malaguista, por causa de la inversión que en el club representativo de nuestra provincia está realizando su actual propietario, respira ilusión y esperanza en que la que el próximo fin de semana se inicia (si se desconvoca la anunciada huelga de los jugadores) sea la liga que ponga fin a las penurias futbolísticas que durante tantos años llenaron de frustración a unos seguidores que a pesar de todo siempre permanecieron leales al equipo de sus amores, conviene recordar el papel determinante que para la continuidad del fútbol de élite en Málaga jugaron las instituciones públicas. Aunque no falten quienes opinen que fue insuficiente, la implicación de las mismas permitió que el primer equipo de la provincia dispusiera del lugar en el que hasta entonces había venido disputando sus encuentros, cuando adquirieron la propiedad del Estadio de La Rosaleda, embargado por una entidad financiera. Con posterioridad, una vez las instalaciones ya no respondían a las necesidades de un equipo que compite al máximo nivel en una de las mejores ligas del mundo, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la Diputación acordaron proceder a la construcción de un estadio nuevo en el mismo terreno ocupado por el anterior, habilitando las partidas económicas exigidas para financiar la actuación. Mientras no se disponga de otro, ese es el campo en el que el Málaga seguirá jugando los partidos que le permitan cumplir el sueño de jugar en Europa.

Cada verano, los responsables de las instituciones acudíamos a La Rosaleda a retirar los abonos para la temporada, escenificando la complicidad con el club y trasladando a la afición la necesidad de apoyarlo. El dieciocho de agosto de dos mil cuatro, el entonces presidente y propietario mayoritario del club, Serafín Roldán, nos entregó los abonos a los representantes de la Diputación y de la Junta de Andalucía, por la que acudieron los delegados del Gobierno y de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, José Luís Marco y José Cosme Martín.

Hace un par de días se quejaba, con razón, la Delegada en Málaga de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía de que en la copa ofrecida por los responsables del Patronato de Turismo, con motivo de la Feria de Málaga, eran varios los vinos de procedencia foránea y sólo uno de nuestra tierra. Seguro que, si conocieran la circunstancia, tampoco sería del agrado de los rectores del Consejo Regulador del que hablaba al comienzo de este relato. Ciertamente, la clara ventaja de vinos de otros lugares sobre los de Málaga en el acto antes señalado no abunda en el deseo manifestado por los dirigentes del Patronato de establecer la ruta del vino como uno de los elementos de promoción turística en nuestra provincia. De todas formas, he de reconocer que cuando fui Presidente del Patronato no controlé nunca la procedencia de los productos que se servían, lo que sí hacíamos en las recepciones que, como decía en un artículo anterior, ofrecíamos a las autoridades, y en la caseta que montábamos delante de la Sede de la Diputación, donde incluso algunos años se dedicaba cada uno de los días de la feria a un plato típico de algún lugar de la provincia.

Desde dos mil ocho, una vez se había inaugurado la nueva sede del Patronato, la recepción al sector turístico y autoridades se lleva a cabo en la terraza, en un lugar que permite una perspectiva del centro de Málaga distinta de la habitual. En el estreno de la terraza para tal menester, el dieciocho de agosto del año antes dicho, entre otros muchos representantes de la política, la economía y sociedad malagueñas, atendieron la invitación del ente promocional del turismo Juan Fraile, que hasta hacía poco había sido su presidente, Norberto del Castillo, presidente de los empresarios de playa de Andalucía, y Diana Navarro, cantante de éxito.