domingo, 15 de mayo de 2011

Caravana electoral - VII

Unas horas antes de que mi particular caravana llegase a Vélez – Málaga, se conmovían los cimientos de Lorca y el sentimiento de millones de personas que pensábamos que esas cosas sólo suceden lejos de nuestra satisfecha sociedad occidental.

No voy a detenerme en el dolor de un pueblo y en la solidaridad de todos, porque ya se ha escrito de ello bastante y porque, más que regodearse en la desgracia, ahora es el momento de implicarse en la solución del grave problema que afecta a varios miles de personas, como desde el primer momento lo hicieron Cruz Roja y otras ONGs, el Ejército, los cuerpos de seguridad del Estado y las instituciones públicas de los diferentes ámbitos territoriales.

Por acordarse con lo tratado en esta serie electoral, aprovecho para, una vez más, defender el compromiso y la dedicación de quienes vuelcan su voluntad de servicio público en la práctica política en el espacio local. El comportamiento fraudulento de algunos ha trasladado a la opinión pública una percepción equivocada de los valores que inspiran la acción de la inmensa mayoría de alcaldes y concejales y ha ocultado lo que hay de honestidad, responsabilidad y entrega en quienes, en un muy alto porcentaje, están mal remunerados e incluso no lo están, no cobran dietas, utilizan y conducen sus propios vehículos para el servicio municipal… Y a diario han de enfrentarse a situaciones dramáticas, aunque por fortuna pocas veces de la dimensión de la que ahora nos sacude, casi siempre con más entusiasmo que medios.

Probablemente sea consecuencia del traslado al territorio de la inevitable añoranza del vientre materno, pero lo cierto es que, con el paso del tiempo, aprecio con más nitidez que respiro mejor en la Axarquía, me siento más acariciado por su brisa y hasta recupero en esta tierra parte de la capacidad visual que, fatal consecuencia de los años, he ido perdiendo de manera galopante.

Así que, parar el 11 de mayo en Vélez-Málaga, fue motivo añadido de emoción al que ya de por sí comporta la participación en la campaña electoral de mi partido. Porque emocionante es siempre volver al lugar al que lleva uno asociado recuerdos imborrables de la primera juventud y porque emocionante es para un socialista intervenir en un acto público organizado por los legítimos herederos de aquellos veleños que hace más de siglo y cuarto ya estaban presentes en los primeros congresos del Partido Socialista Obrero Español.

También tiene para mí especial sentido apoyar la candidatura encabezada por la actual alcaldesa. Por el afecto personal y respeto político que le tengo. Los adversarios en estas elecciones, de manera especial el grupo mayoritario de la oposición, intentan desacreditarla por causa de su nivel académico. No saben que Mari Salomé tiene una Licenciatura en “Servicio Público” que ha obtenido de la manera que a un político le garantiza la nota más alta: escuchando a la gente y aprestándose a solucionar sus problemas sin desmayo. Desde hace muchos años. Y complementa su currículum con varios Masters: honestidad, cercanía, talante conciliador,

Además, no ha tenido que cambiarse ni de chaqueta ni de partido para ser alcaldesa de su pueblo. Sus paisanos lo saben. Unido a los valores individuales y sentido de lo colectivo de quienes le acompañan en la candidatura, no tengo duda alguna de que el pasado miércoles compartí acto con el equipo de gobierno que los veleños van a elegir el próximo 22 de mayo.


En Tolox llegó a tener el PSOE once concejales de los once que conforman la Corporación Municipal. Quien fue alcalde en aquellas circunstancias terminó pasándose al Partido Popular, protagonizando un lamentable episodio de travestismo político que abocó al socialismo local a una trayectoria descendente que, si el olfato y la experiencia no me fallan, va a tener un importante punto de inflexión una vez los tolitos hayan ejercido su derecho al voto el próximo domingo.

Tolox participa de muchos de los elementos que prestan a los pueblos andaluces una singularidad que les hace ser apreciados en el mundo entero. Encanto especial tiene su Plaza Alta, lugar elegido por los compañeros para el acto público programado para el viernes 13 de mayo. Me parece muy acertado que los compañeros de los pueblos retomen la práctica habitual en los primeros años de la democracia de celebrar los actos electorales en espacios públicos. Los socialistas tenemos que volver a ganar las calles, las plazas, los parques… porque entiendo que hay en ello un valor muy por encima del puramente simbólico.

El PSOE no tiene, en el mandato que ahora termina, representación en el Ayuntamiento de Tolox y Silvia Gómez, que encabeza una candidatura en la que, con una sola excepción, todos sus componentes se estrenan en estas lides, tiene como principal objetivo poner punto final a ese estado de cosas. “La Niña”, la llaman con un cierto tono despectivo desde las otras formaciones que compiten en este proceso electoral. Pues sepan que el empuje e ilusión de la juventud y la especial sensibilidad con la que aborda y se compromete en los problemas de su pueblo y las preocupaciones de sus paisanos dan un valor añadido a Silvia que, estoy seguro, van a propiciar que el punto de inflexión del que hablaba al principio tenga un alcance espectacular.


Desde que estuve apoyando a los compañeros socialistas en la celebración del primero de mayo de 2007, mis visitas al pueblo han sido frecuentes y siempre me han permitido apreciar el empuje que al mismo le prestaba un equipo de gobierno atrevido y dinámico. La Corporación Municipal tuvo a bien honrarme el pasado Día de Andalucía con la concesión de la Medalla de la Localidad. Alguien comentaba la noche pasada que, en la proyección con el informe de la acción de gobierno 2007-2011 que han ofrecido los compañeros en el acto de presentación del Programa Electoral, aparecía en más fotografías que el alcalde y los concejales, lo que es, por una parte, una exageración y, de otra, la constatación del escaso aprecio al protagonismo de aquéllos.

Con tales antecedentes, entenderá quien esto lea que lo de “Estoy contento de estar aquí…” con el que casi siempre inicio mis intervenciones en los actos públicos, si bien nunca responde a obligación protocolaria, el sábado 14 de mayo, en Alozaina, estaba más que justificado en la simbiosis generada entre la responsable colaboración política y el voluntario afecto personal que enmarcan la relación que mantengo con Antonio y su equipo de gobierno: María José Sánchez, María José Arias, Miguel, Paqui y Luís.

En esas frecuentes visitas al lugar de las que antes hablaba, he observado, porque habría que ser torpe o malintencionado para no darse por enterado, que el esfuerzo por la mejora de infraestructuras y equipamientos ya existentes y la apuesta por la provisión de otros nuevos se asocia con un comportamiento fundamentado en el afán de cercanía a los vecinos y en el reparto de tareas entre todos los concejales, sin que el régimen de dedicación laboral al Ayuntamiento condicione la implicación de cada uno de los miembros del equipo de gobierno.

Aquí sí que no tiene dificultad alguna pronosticar que el 22 de mayo los pecheros van a ratificar con sus votos la voluntad de Antonio y de su equipo de gobierno de seguir siéndolo los próximos cuatro años.