miércoles, 3 de agosto de 2011

Memorias de Verano - XXXIV

La voluntad de atender las necesidades de la población sin que los ámbitos competenciales supongan límite insoslayable, de la que ya he hablado anteriormente con relación a la actuación de los equipos de gobierno de la Diputación de Málaga que presidí, alcanza también a la mayor parte de gobiernos locales de la provincia, que desde siempre han venido acometiendo la construcción o reforma de consultorios médicos y colegios sin perder tiempo en localizar y comprometer a la instancia de la administración en la que residen las competencias formales en materia de sanidad y educación. Conocida la opinión que mantengo sobre la ineludible colaboración entre administraciones en razón de que los recursos a disposición de las mismas proceden en su mayor parte de los impuestos satisfechos por los ciudadanos, que nunca entenderán la rígida compartimentación a la hora de ser atendidos en sus demandas, estoy seguro de que no se apreciará como crítica sino como descripción veraz de lo que ha venido sucediendo desde hace décadas si hago mención y valoro de manera positiva la colaboración que para el cumplimiento de los compromisos en el campo de la sanidad por parte de la administración autonómica ha venido prestando la local, cediendo terrenos para la construcción de equipamientos, construyendo y reformando consultorios, atendiendo el mantenimiento de los mismos con un gasto muy superior al de las cantidades que para tal fin transfiere la Consejería correspondiente, facilitando ambulancias, contratando servicios médicos de urgencia…

Antes de que la Consejería de Salud y la Diputación de Málaga firmasen el convenio para la construcción y reformas de consultorios médicos en los municipios en los que se advirtiese la necesidad, el de Casarabonela venía realizando las obras necesarias para disponer de uno de ellos con recursos provenientes de los programas de inversión provinciales. Una vez en vigor el convenio, el Ayuntamiento de la localidad se acogió al mismo y tal día como hoy de hace siete años entró en servicio un consultorio digno y cómodo, tanto para los profesionales como para los usuarios.

Agosto es el mes taurino por excelencia y Málaga no escapa a tal consideración, pues no en vano en él celebra una de las más importantes ferias de España, realzada en sus méritos desde que hace unos años la plaza de La Malagueta pasó a formar parte del selecto grupo de las de primera categoría. Para premiar la mejor actuación de entre las protagonizadas por los toreros actuantes en el ciclo ferial, la Diputación estableció hace años el premio Estoque de Plata “Antonio Ordóñez”, para la concesión del cual hasta no hace mucho también se tenían en cuenta las faenas realizadas en las plazas de Antequera y Ronda. Hasta el año dos mil cuatro, la entrega de la distinción se hacía sobre el ruedo de La Malagueta al torero que en la feria anterior se había hecho merecedor de ella, pasando a partir de entonces a entregarse en el Salón de Plenos de la Diputación. El Estoque de Plata tiene un extraordinario prestigio entre los matadores de toros, no sólo por convertirse en el reconocimiento al triunfo en plaza y feria tan señaladas sino por el hecho de que quien lo gana se suma a una relación en la que se incluyen los más importantes toreros de los últimos tiempos.

En una de las corridas de la feria taurina de Málaga de dos mil cinco, entró sustituyendo a un compañero lesionado el sevillano Salvador Cortés, que venía de triunfar en la afamada feria de abril de su tierra. El entonces prometedor torero se haría con el preciado Estoque, lo que le valió repetir en la feria del año siguiente y volver a ganarlo. El tres de agosto de dos mil seis, en el salón de Plenos de la Diputación, le hicimos entrega de tan estimable pieza de la platería antequerana.

Conocí a Antonio Sánchez Pacheco en mil novecientos ochenta y siete, cuando él era titular de la Alcaldía de Almargen y yo preparaba la candidatura a la de Ardales. Desde entonces le guardo el afecto personal y respeto político que se merece quien en los respectivos ámbitos siempre se ha conducido con honestidad y compromiso. Antonio accedió a la Alcaldía de Mijas tras sustituir a su predecesor dos meses después de celebradas las elecciones locales de dos mil siete. Ha sido, por ahora, el último alcalde socialista de Mijas, después de que el veintidós de mayo el PSOE obtuviese la mitad de los concejales alcanzados cuatro años antes. Seis meses antes de estos últimos comicios, Antonio anunció que no sería candidato por motivos de salud. Después de las elecciones renunció a la Secretaría General de la Agrupación socialista. Entre una y otra decisión, una complicada intervención “a corazón abierto” que le aconseja acompasar la actividad a una situación en la que el riesgo puede verse incrementado por el ritmo incontrolado que requiere la práctica política. Así pues, Mijas y el socialismo malagueño han de prescindir por razones de fuerza mayor de la implicación a tiempo total de un político con un acentuado sentido del servicio público y de la entrega con la que el mismo se ha de afrontar.

Mijas tiene en Las Lagunas un magnífico teatro que se acogió a los beneficios del convenio mediante el que la Diputación colabora con la Junta de Andalucía y los ayuntamientos interesados en contar con espacios escénicos. Varios de los espectáculos de la segunda edición de “Málaga en Flamenco” se representaron en este lugar. Hoy hace cuatro años que los presentamos a los medios de comunicación en las dependencias del Ayuntamiento de Mijas.