viernes, 8 de julio de 2011

Memorias de Verano - VIII

Inicié las actividades del ocho de julio de dos mil cinco inaugurando, junto a la Diputada Ana Navarro y el Presidente provincial de Cruz Roja, la jornada dedicada a la reflexión sobre la intervención psicosocial en situaciones de emergencia. Inmediatamente después firmé con José María Rodríguez, Presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga y Sierras de Málaga, un convenio en el que se establecían las condiciones de colaboración de la Diputación para facilitar la ampliación en nuestra provincia de la superficie cultivada con vides destinadas a la obtención de vinos.

A última hora de la mañana se entregaron a ochenta y tres ayuntamientos de la provincia menores de veinte mil habitantes otros tantos videoproyectores, respondiendo a la demanda de los responsables locales que veían como necesaria una herramienta tecnológica entonces novedosa. Los alcaldes y concejales que con tal motivo se habían desplazado al Centro Cívico participaron en la concentración silenciosa que se llevó a cabo como muestra de rechazo ante el atentado terrorista que el día antes había causado en Londres más de cincuenta muertos y varios cientos de heridos.

El martes ocho de julio de dos mil ocho participé en la presentación de la XVII edición del Festival de Blues de Antequera junto a María Gámez, Delegada en Málaga de la Junta de Andalucía, Ricardo Millán, Alcalde de la ciudad y Rosa Torres, Consejera de Cultura. La Diputación de Málaga ha colaborado desde hace algunos años con una iniciativa del Ayuntamiento de Antequera que cada verano ofrece un programa de calidad extraordinaria a los amantes de una música que no es frecuente escuchar en nuestra provincia.

Hace unos días leí en la prensa provincial que el nuevo equipo de gobierno de Antequera, del Partido Popular, se plantea, en vez de reformar y adaptar los contenidos del festival a las probablemente nuevas exigencias de los posibles espectadores, eliminarlo de la programación cultural de la ciudad, lo que pone de manifiesto la necesidad que muchos tienen de afirmarse sobre la destrucción y el descrédito de los demás. Esa práctica, que cuando se aplica a nivel personal no pasa de ser una actitud mezquina, cuando se hace desde una institución pública se convierte en algo de profundo calado antidemocrático, por lo que comporta de intolerancia y revanchismo.

Hoy hace un año que, tras recibir en el despacho de la Presidencia de la Diputación la visita del nuevo Coronel Jefe de la Guardia Civil en la provincia de Málaga, presenté, junto al Presidente de la Peña Flamenca “Paco de Antequera”, la XII edición de la Noche Flamenca de Cartaojal. Cuatro meses antes de que la UNESCO adoptara el correspondiente acuerdo, en el cartel anunciador de este Festival ya aparece la leyenda “FLAMENCO, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”. Eso es adelantarse, con éxito, a los acontecimientos.

A mediodía del ocho de julio de dos mil diez, junto al Alcalde de la localidad, José Garrido, concejales y familiares de posibles usuarios, en la Estación de Cártama entregué las llaves de un vehículo adaptado para transportes de personas a Joaquín Fernández, Presidente de la Asociación de Discapacitados de Cártama.