sábado, 9 de julio de 2011

Memorias de Verano - IX

El Centro Provincial de Drogodependencias de la Diputación de Málaga goza de bien ganado prestigio tanto entre los profesionales ocupados en la prevención y tratamiento de las adicciones como entre los familiares de quienes las padecen. La Junta de Andalucía le tiene encargada la coordinación de las políticas que con relación a tan sensible asunto se desarrollan en la provincia. Hace unas pocas semanas que tuve la alegría de hacerle entrega a su director del Certificado de Calidad expedido por AENOR.

El nueve de julio de dos mil cuatro, con Francisco Luque, Director entonces y ahora, y Carmen Lisbona, Diputada de Centros de Atención Especializada, presenté el informe anual sobre la actividad del Centro Provincial y sus dependientes de La Palma-Palmilla, Carretera de Cádiz y Mijas. Los resultados favorables de cada año con relación al anterior son muestra evidente de la alta cualificación y de la implicación de los profesionales que prestan servicio en cada uno de ellos.

Ampliar la actividad promocional del Patronato de Turismo a toda la provincia fue uno de los retos que me impuse cuando en junio de dos mil ocho asumí la presidencia de un ente que, en más de tres décadas de trabajo, ha logrado hacerse con el respeto del sector de uno de los destinos turísticos líderes en Europa y en el mundo. No he dado por cumplido el objetivo, porque nunca está justificado hacerlo, tanto menos en una actividad que, como el turismo, vive unos momentos de cambios a ritmo de vértigo. Pero hemos avanzado de manera notable en la promoción de las zonas de interior y hemos puesto unas bases sólidas para mejorar la comercialización del producto, auténtica rémora de los profesionales y empresarios que se implantan en zonas emergentes del territorio provincial.

El nueve de julio de dos mil ocho, una semana después de la presentación de lo realizado en los quince años de trabajo del Observatorio Turístico debido al convenio entre el Patronato y la Sociedad de Planificación y Desarrollo, en el salón de plenos de la Diputación recibimos a alcaldes, concejales, técnicos, profesionales y empresarios del interior de la provincia para darles cuenta de la creación del Observatorio Turístico de Interior y pedirles la colaboración para que el mismo se convirtiera en una herramienta útil para advertir debilidades y potencias de la actividad turística en un territorio con unas posibilidades que no se compadecen con la realidad presente.

Un año después, en el auditorio del Museo Picasso Málaga, asistí a la inauguración del Congreso Provincial de Emprendedores y Jóvenes Empresarios. Durante algunos años pude observar con satisfacción el dinamismo que al funcionamiento de AJE aplicaron su Presidente, Daniel Rodríguez, y su Secretaria, Rocío García, profesional muy capacitada y con unas extraordinarias dotes para las relaciones públicas. A pesar de lo anterior, de que algunos de los objetivos de nuestras políticas de empleo coincidían con los de la Asociación, de manera especial los que orientaban al Foro Provincial de la Cultura Emprendedora y al Seminario Emprende 21, y de que el diálogo siempre fue fluido, no alcanzamos a elevar a convenio las condiciones de una colaboración que las dos partes deseábamos más amplia.

“Ni caló ni na” que hacía el mediodía del viernes nueve de julio del año pasado en Moclinejo. Bueno, pues ahí nos tienen con las chaquetas bien puestas. Ahora, una vez que puedo analizar las circunstancias de los últimos años desde una cierta distancia, he llegado a la conclusión de que si, en muchos de los actos que participé, hubiese prescindido de la chaqueta, la tierra seguiría el rumbo conforme al orden acordado en la creación.

Moclinejo tiene unos mil quinientos habitantes que tienen, además de los restantes garantizados en la Constitución, el derecho a bañarse cuando el calor aprieta. Así que, coincidiendo los responsables de la Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento en tan incontestable apreciación, pusimos a contribución los recursos necesarios y, desde hace un año, los ciudadanos de Moclinejo y El Valdés (aunque a éstos les coge un poco más lejos, tienen fácil acceso) disponen de una piscina extraordinaria de la que esta misma tarde les he visto disfrutar.