domingo, 3 de julio de 2011

Memorias de Verano - III

Ayer, sin otra aspiración que la de disfrutar de nuestra tierra y saludar a los muchos de sus habitantes que me honran con su afecto, tuve la ocasión de estar presente en dos celebraciones a las que tal día como hoy del año pasado, tres de julio de dos mil diez, asistí cumpliendo la obligación de quien representaba a una institución pública implicada, a nivel de colaboración, en la organización de las mismas.

En la primera de ellas, la conmemoración que de la batalla de Pensacola se organiza en Macharaviaya para recordar la figura de Bernardo de Gálvez, el Ayuntamiento tuvo a bien reconocer ayer la labor que a favor de los pueblos de nuestra provincia realizaron los gobiernos de la Diputación de Málaga que presidí, haciéndome entrega su Alcalde, Antonio Campos, de una reproducción del Templete de los Gálvez, situado en la entrada al pueblo desde el siglo XVIII. En esta misma celebración, hoy hace un año, la atención de los asistentes se repartía entre los actos que se desarrollaban en la plaza de la localidad, con la recreación de la batalla que antes mencioné a cargo de miembros de la Asociación Torrijos 1831 y de la Asociación de Granaderos y Damas de Gálvez, y lo que pasaba en Sudáfrica, donde la selección española de fútbol se jugaba su pase a las semifinales del campeonato del mundo, lo que finalmente consiguió al bastar un solitario gol de David Villa para vencer a la selección de Paraguay.


Y para terminar una jornada, tres de julio de dos mil diez, en la que antes de pasar por Macharaviaya habíamos visitado un mercadillo medieval en Yunquera, enfilamos el camino de Campanillas, donde la Peña Flamenca Rincón del Cante celebraba la final de la XX edición de su concurso de cante flamenco. Siempre es motivo de alegría compartir cualquier actividad con el gran número de amigos que dejé en un lugar en el que hace tres décadas ejercí como maestro de escuela. Lo fue ayer también, pero sin el especial significado de otras ocasiones, porque la ausencia de Alfonso Muñoz es de las que se echan en falta. Me produjo emoción que la definición machadiana de la copla se hiciera realidad de nuevo con una de las mías que, sin conocer la identidad del autor, interpretó por malagueña la primera de las concursantes :

De su pena va llenando
los aires de La Caleta,
que La Trini está cantando
y la mar se queda quieta
pa escuchar su alma llorando.

Hoy hace un año que compartí con Alfonso el momento de la entrega a Manuela Cordero del premio de ganadora de la XIX edición.

El jueves tres de julio de dos mil ocho, en la Plaza de Viñeros de Málaga, asistí a la inauguración del Museo del Vino, en acto presidido por Martín Soler, Consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía. Se cumplía el deseo de los responsables del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga y Sierras de Málaga de contar con un lugar desde el que promocionar y difundir las excelencias de los vinos de nuestra tierra.

Previamente, en la sede del Patronato de Turismo Costa del Sol, presentamos una publicación editada con motivo de cumplirse quince años del Observatorio Turístico, instrumento de investigación en un sector estratégico para nuestra provincia desarrollado a través de la colaboración entre el propio Patronato y la Sociedad de Planificación y Desarrollo de la Diputación, cuyos gerente y presidente, Ana Gómez y Francisco Fernández España, me acompañaron en la presentación.


Cuando el viernes tres de julio de dos mil nueve, metido ya en la madrugada del día siguiente, puse punto final a la jornada visitando la feria de Colmenarejo, barriada de Málaga, en el distrito de Campanillas, había cumplido un día intenso que inicié visitando Rincón de la Victoria para, en unión de Encarnación Anaya, alcaldesa que había tomado posesión el veinte de junio anterior, ofrecer una rueda de prensa para informar de la licitación, por importe de algo más de un millón setecientos mil euros, de las obras de ejecución del edificio destinado a Centro de Estudios del Folklore Malagueño, inaugurado finalmente el cuatro de junio de este mismo año.

De Rincón de la Victoria, a Manilva, donde en tarde de intenso calor inauguramos el Parque de Bomberos del que ya di noticia en el primero de los relatos de esta serie. Y de Manilva, a Marbella, respondiendo a la amable invitación del Centro de Iniciativas Turísticas que, en la Finca la Concepción, ofrecía una recepción para celebrar sus veinte años de trabajo en favor de la buena salud de la pequeña y mediana empresa de la ciudad que desde hace años es el centro de uno de los mundialmente más reconocidos destinos turísticos. Al año siguiente, en el transcurso del Día de la Provincia celebrado en Archidona, la Diputación entregaría al Centro de Iniciativas Turísticas de Marbella la Medalla de Oro de la Provincia de Málaga.