martes, 3 de mayo de 2011

Caravana electoral - II

Conforme a los planteamientos que adelanté en la primera de las entregas de esta serie electoral, no me ha sido nada difícil encontrar motivos de alegría en la precampaña, tanto por los lugares a los que me he desplazado como por los compañeros con los que he tenido ocasión de compartir momentos que fueron especiales para mí, dada la contagiosa intensidad con la que ellos los vivían.

En este proceso electoral se dan varias circunstancias que resultan paradójicas en atención a las circunstancias políticas del presente: la asistencia a los actos programados es alta, el ambiente en casi todos los casos es de euforia y confianza en las propias capacidades y el número de jóvenes en las candidaturas es tan llamativo que resulta emocionante. Porque sin duda lo es que una juventud a la que con ligereza tendemos a catalogar de poca implicación con su entorno haya decidido poner de manifiesto, en tiempos de marcada dificultad, su vocación de servicio público y lo haga a través de su compromiso con el socialismo democrático.

Y es que en algunas de esas claves se halla la respuesta al hecho de que, después de atravesar períodos de clandestinidad y persecución, perder una guerra y sufrir un exilio de décadas, ayer se cumplieran ciento treinta y dos años desde que el Partido Socialista Obrero Español mantiene su nombre y su irrenunciable aspiración a la libertad, la igualdad y la solidaridad.

La participación el 13 de marzo en el acto de presentación de la candidatura de El Borge tenía para mí un previo componente afectivo: acudir al pueblo donde se ha nacido siempre representa un saludable ejercicio de memoria y de encuentro con la identidad propia. Por otra parte, los compañeros habían preparado el descubrimiento de una placa en recuerdo de Salvador Román Marín, que desde ese día da su nombre a la Agrupación. Román fue uno de los afiliados más comprometidos con el Partido que hasta ahora he conocido y una persona desprendida. A pesar de militar desde mucho antes de la llegada de la democracia, nunca tuvo cargo orgánico ni jamás solicitó el auxilio del Partido.

Aspira a ganar la Alcaldía Salvador Fernández Marín, que repite en la candidatura, al igual que los otros tres concejales actuales. Completan el grupo algunos veteranos y otros jóvenes compañeros, ilusionados todos ellos en volver a recuperar para el PSOE el gobierno del Ayuntamiento que se perdió en 1995, cuando dejó de ser Alcalde quien lo era desde el inicio de la democracia local en 1979: el padre de quien ahora asume el reto de ganar la confianza y el apoyo necesarios para ofrecer a los alborgeños oportunidades distintas a las del folklore ramplón y demagogia populista habituales desde hace años.

Benahavís se ha convertido en un lugar cosmopolita que ha sabido mantener la tipología más propia de los pueblos malagueños de interior. Conviven, pues, tradición y modernidad. Su población es mayoritariamente de aluvión, dándose el caso de que los habitantes de hecho suponen un número muy superior a los de derecho. La mayor parte de los nuevos pobladores provienen de países distintos al nuestro. Esta circunstancia se refleja en la candidatura socialista, en la que tres de los once componentes son residentes extranjeros.

El 18 de marzo acudí a la presentación de la candidatura que encabeza Cristóbal Guerrero, que en 2007 se quedó a un concejal de obtener la mayoría para gobernar. Cristóbal ha venido siendo un eficiente colaborador en las tareas institucionales que compartimos y se ha mostrado siempre como un compañero comprometido y un amigo leal. Encabeza un grupo en el que la experiencia y la juventud juegan a partes iguales y que será llamado a dirigir un gobierno conocedor de la realidad de Benahavís y del futuro que le aguarda desde el momento en que sus dirigentes den respuesta a una realidad marcada por la complejidad de la estructura sociodemográfica y el escaso afloramiento de las potencialidades del municipio.

En la candidatura de Villanueva del Rosario, que presentamos el 25 de marzo, se ha producido una profunda renovación, defendida y patrocinada por Encarna Martínez, que fuera digna alcaldesa de la localidad. Un grupo de jóvenes ilusionados aspira a obtener el voto mayoritario de sus paisanos, porque no están conformes con el retroceso que los últimos cuatro años han significado para las expectativas de nuevas oportunidades para el empleo, la cultura y el desarrollo que habían generado los gobiernos socialistas.

Se da el caso curioso de que la número dos de la candidatura, Inmaculada, es hermana de Mercedes Pascual Martín, también número dos en la candidatura socialista y actual teniente de alcalde del vecino pueblo de Villanueva del Trabuco. El candidato a la Alcaldía es José Antonio González Vegas, fiel exponente de una juventud preparada que se compromete en la honrosa aventura de requerir la confianza de sus vecinos para servirlos. José Antonio alcanzará en las urnas lo que la calle ya le concede.