En la segunda de las entregas de este "cuaderno de campo" daba cuenta de como, en los actos de esta precampaña, el número de asistentes es mayor que en los precedentes períodos electorales. No obstante, en todos los lugares a los que he sido convocado he apreciado que, aunque sea escaso el número de habitantes del pueblo, hay un grupo más numeroso, infinitamente más, que el de los asistentes a los actos del PSOE: el de aquellos paisanos que han recibido la oferta de un puesto de trabajo en la Diputación a cambio del apoyo al Partido Popular. Me parece mezquino el comportamiento de quien se sirve de las difíciles circunstancias que atraviesan quienes perdieron el empleo o quienes todavía no lo han tenido para crear expectativas a las que nunca podrán dar respuesta. Es esta una conducta indigna que nada tiene que ver con el ejercicio de la política sino con el trapicheo, la impudicia y la inmoralidad.
El pasado veintiséis de marzo subí a Cómpeta para compartir con los compañeros de esa hermosa localidad y algunos llegados de otros lugares de la Axarquía la presentación de una candidatura en la que además de la número dos figuran otros dos ciudadanos de naturaleza extranjera que, al igual que varios cientos de procedencia diversa, decidieron en su momento asentarse en la tierra desde la que más azulada se ve la mar.
Difícil posición de partida la de los socialistas en Cómpeta, puesto que el actual partido en el gobierno municipal disfruta de una amplia mayoría y el único concejal que representaba al PSOE en el consistorio concurre a estas elecciones encabezando la candidatura de otra formación política. Pero no hay obstáculo insalvable para la ilusión y el empeño de quienes se afanan por demostrar que un partido renovado y una candidatura joven son los más consistentes avales para ganar la confianza de los competeños y conformar un gobierno que se proponga borrar la raya divisoria que el actual alcalde establece entre "los que están conmigo y los que no". Raúl Martín tiene algo exigible a quien quiere ser alcalde de su pueblo: la convicción de que puede serlo y la voluntad de trabajar para conseguirlo. ¡Suerte!
Ardales, ocho de abril. Se presentaba la candidatura en la que soy el último suplente, después de haberla encabezado en seis ocasiones. Seis ocasiones en las que los socialistas recaudamos la confianza y generosidad de los ardaleños. Seis elecciones ganadas por un PSOE que sólo en cinco mandatos ha podido gobernar, porque en dos mil siete se pusieron de acuerdo quienes habían sido derrotados en las urnas para que fuese alcalde quien ha perdido en todas las ocasiones (cinco) en las que ha sido candidato a la alcaldía por Izquierda Unida.
A pesar de la insistencia de quien encabeza la candidatura, no quise intervenir en el acto. Porque hay que saber cuando es procedente dejar a quien lo merece el espacio que le corresponde. María del Mar es la actual portavoz del Grupo Municipal Socialista y aspira a renovar la confianza que le mostraron sus paisanos cuando en las últimas elecciones dieron el apoyo mayoritario a la candidatura en la que ella ocupaba la segunda posición. Para ello ha conformado un grupo en el que se conjugan experiencia y juventud, ilusión y madurez. Un grupo que está firmemente decidido a dejarse la piel para que Ardales recupere lo perdido en los últimos cuatro años.
María del Mar tiene una muy buena preparación técnica, una valiosa experiencia política, tranquilidad para escuchar y sinceridad en la respuesta. Está ilusionada con su candidatura a ganar la confianza de sus paisanos, porque sabe que la más emocionante y honrosa de las ocupaciones es la defensa de su pueblo y de quienes en él viven. De quienes le van a dar la oportunidad de servir las legítimas aspiraciones de progreso y bienestar de los ciudadanos del siglo veintiuno.