jueves, 11 de agosto de 2011

Memorias de Verano - XLII

Desde mil novecientos noventa y cuatro se vienen celebrando en la localidad serrana de Genalguacil los Encuentros de Arte del Genal, todos los años al principio y cada dos posteriormente. El pasado dos mil diez se alcanzó la décima edición. Se trata de una iniciativa novedosa en la que cada vez son más los artistas que pretenden participar, aunque sólo en torno a quince de ellos son elegidos por un jurado que valora los proyectos artísticos procedentes de casi todo el mundo. Los seleccionados han de permanecer en Genalguacil durante dos semanas, en la primera quincena de Agosto, trabajando en los espacios habilitados por la organización, al aire libre o en recintos cerrados, a fin de desarrollar el proyecto que mereció el visto bueno del jurado. El certamen tiene cada vez más repercusión y medios de comunicación de todo el mundo se hacen eco de él, además de que durante su duración el pueblo anfitrión presenta un aspecto dinámico y cosmopolita, entretenido para quienes se acercan a observar como los artistas se afanan en dar forma a las esculturas, cerámicas, pinturas, fotografías… que pasarán después a propiedad del Ayuntamiento. Muchas de esas obras de arte van conformando un museo al aire libre que se extiende por todas las calles de la localidad.

El once de agosto de dos mil cuatro, visité a los artistas participantes y aprecié durante unas horas su trabajo. Recorrí con la Alcaldesa el edificio que se estaba preparando como Museo Municipal, para acoger las obras de arte que cada edición de los Encuentros deja en el pueblo. Al no estar disponible aún el contenido previsto, hace siete años había sido dispuesto para lugar de trabajo de algunos de los artistas participantes. Hoy cumple ya el fin para el que fue pensado y construido.

La Asociación de la Prensa de Málaga programó a lo largo de todo el año dos mil cinco una serie de actos para conmemorar su primer centenario. En visita a la Diputación, acompañado por miembros de su Junta Directiva, Andrés García Maldonado, Presidente del colectivo periodístico, solicitó la colaboración de la institución provincial en el buen desarrollo de lo previsto. Colaboración más que justificada porque aunque hace ya algún tiempo que se echa de menos una mayor implicación de los profesionales de la información en las actividades y fines de la Asociación, se pensaba que la conmemoración del primer siglo de existencia en nuestra provincia podía ser buena ocasión para que los interesados se replantearan la necesidad de fortalecerla y comprometerse en torno a ella en la defensa de la dignidad profesional, muy debilitada por causa de las turbulencias empresariales propiciadas por el estado de incertidumbre generado por la entrada en escena de nuevas herramientas de comunicación distintas de las convencionales. No parece que aquella intención dejara de serlo y a diario se observa las condiciones precarias en las que muchos profesionales han de desarrollar un trabajo cuya única alternativa es el paro. Como suele suceder, ahora también hay quienes se aprovechan de ese estado de cosas.

Hoy hace seis años que con Andrés García presenté uno de esos actos de conmemoración de los que hablaba al principio: una corrida de toros a celebrar durante el ciclo taurino de la Feria de Málaga en la que Javier Conde, con motivo de cumplir los diez años de alternativa, se comprometía a encerrarse con seis toros el diecinueve de agosto. A pesar de que la iniciativa pretendía recuperar la tradición de la “Corrida de la Prensa”, todo quedó en el intento puesto que no se ha vuelto a repetir. Fue la corrida en la que Javier sorprendió utilizando una muleta blanca en la lidia de uno de los toros.

En la referencia a uno de los días del mes de julio escribí sobre los efectos negativos que para algunos cargos públicos había tenido el tratamiento “a salto de mata” que desde algunas de las instancias involucradas se le había dado a un asunto de tan vital importancia para nuestra provincia como es el que tiene que ver con la ordenación del territorio y el desarrollo urbanístico del mismo. Lamenté que por causa de él hubieran tenido que abandonar la vida pública “por la puerta de atrás” alcaldes que en todos los demás asuntos presentaban una brillante hoja de servicio a sus pueblos, poniendo como ejemplo a Manuel Aranda, Alcalde que fue de Canillas de Aceituno. Igual desenlace alcanzó a la trayectoria política de Juan Millán, Alcalde de La Viñuela durante muchos años, que en las elecciones locales de mil novecientos noventa y nueve y en las de dos mil tres fue de los alcaldes más votados de la provincia de Málaga, superando en ambas el ochenta y cinco por ciento de los votos a candidaturas. Sus años al frente de la Alcaldía significaron un muy notable avance en la dotación de infraestructuras y equipamientos deportivos, educativos y culturales de un municipio difícil de gobernar porque muchas de esas infraestructuras y equipamientos hay que habilitarlos por partida doble, al estar repartida la población en dos núcleos principales (el que desde siempre ha sido el centro político y administrativo y Los Romanes), además de en otros con menor número de habitantes.

Hace hoy un año que visité La Viñuela para conocer el estado de algunas de las obras que con financiación de la Diputación se estaban ejecutando en la localidad. Tras visitar en el núcleo que lleva el nombre del municipio la urbanización de las calles aledañas al Centro de Educación Infantil y Primaria nos trasladamos a Los Romanes, donde pudimos apreciar el magnífico parque infantil, recién acabado de instalar entonces, y vimos sobre el terreno las obras de apertura de nueva calle en la zona de expansión del núcleo urbano.