El paso inmediato al auge de la actividad turística en Málaga fue la aparición de una demanda que tenía que ver con la aspiración de residir, siquiera temporalmente, en nuestro territorio de miles de ciudadanos de otros países, principalmente europeos, que se sentían atraídos por nuestro clima, paisajes, costumbres… Fueron cientos de miles quienes de esa manera se establecieron en nuestra provincia, predominando los ciudadanos procedentes del Reino Unido, cuyo Embajador en España, Stephen Wright, me trasladó, en el transcurso de su visita del dieciséis de julio de dos mil tres, la intención de solicitar la colaboración de la Diputación de Málaga para favorecer el empadronamiento e implicación con la sociedad del lugar elegido para residir por algo más de trescientos mil británicos. Nunca más supe de tan loable intención.
El mismo día recibí la visita del Juez Decano, José Luís López Fuentes, y del Presidente de la Audiencia Provincial, Manuel Torres Vela, que acudían en su condición de directivos de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria a fin de solicitar la colaboración de la Diputación en la organización de una asamblea nacional de afiliados que iban a celebrar en Málaga. En ocho años, tuve la ocasión de comprometer la participación de la institución provincial en varios congresos, jornadas, asambleas, etc. de asociaciones de jueces y fiscales, al igual que de otras muchas profesiones, consciente de que no sólo contribuíamos al cumplimiento de los fines y objetivos de las mismas sino que estábamos ayudando a que nuestra provincia se posicionara bien como destino para el turismo de reuniones.
Al dar cuenta de la celebración del V Foro Metropolitano de Alcaldes, comenté el interés de los socialistas por avanzar en la eficiencia energética desde el gobierno de la Diputación. Creamos el Instituto Provincial de la Energía, redactamos los Planes de Optimización Energética para casi la totalidad de municipios de la provincia, habilitamos recursos económicos para la implantación de los mismos… En definitiva, nuestra apuesta se fundamentó en el doble objetivo de reducir el consumo de las instalaciones y servicios municipales, y por tanto la emisión de CO2, y de hacer más llevadero para los ayuntamientos el pago mensual de la factura energética.
Ese doble objetivo estaba también en la base del proyecto Enermálaga Renovable, que hace hoy cuatro años se presentó a un grupo de setenta representantes de otros tantos ayuntamientos de la provincia. La iniciativa, que se ponía en marcha gracias al acuerdo entre la Diputación y la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio de Medio Ambiente, tenía un presupuesto de algo más de setecientos cincuenta mil euros y con ella se pretendía capacitar a empresarios y trabajadores en todo lo relacionado con la producción y uso de las energías limpias.
Con todos los gobiernos locales de la provincia pretendí siempre tener una relación amplia, fluida y cordial. Resultó fácil cumplir el objetivo con el de Montejaque, porque Miguel Alza y Pilar Guzmán, Alcalde y Teniente de Alcalde los últimos ocho años, ejercían sus responsabilidades con dinamismo, cercanía a los problemas y atención a las soluciones, así que la relación con las instituciones que podían facilitarles algunas de las últimas era frecuente. Quienes hemos tenido responsabilidad en el gobierno de la Diputación podemos dar fe de ello.
Hoy hace un año que el hermoso y entrañable pueblo de la Serranía vivía una jornada densa e interesante. Por una parte, en el local preparado para gimnasio municipal se habilitó una sala de reuniones a fin de presentar a los alcaldes y concejales de la comarca el Plan Estratégico de Ordenación Territorial de la Serranía, redactado por un equipo de la Oficina Provincial de Planeamiento dirigido por Carlos Hernández Pezzi. A continuación, se inauguró el consultorio médico de la localidad, uno más de los construidos en el marco del acuerdo entre la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y la Diputación de Málaga.