martes, 17 de mayo de 2011

Caravana electoral - VIII

Durante el período democrático que tiene su origen en 1977, las formaciones políticas que han aspirado a ganar en los diferentes comicios han adoptado como estrategia la que les llevaba a hacerse con la confianza y el apoyo de una parte del electorado no sujeta al rigor de la militancia ideológica y con una inclinación del voto cambiante en razón de las circunstancias. Es lo que hemos venido llamando el centro sociológico.

En el larguísimo proceso electoral que culminará el próximo domingo se aprecia una diferencia sustancial y preocupante con relación a los anteriores: salvadas las lógicas excepciones locales, el Partido Popular ha decidido, como le ha reclamado desde siempre su sector más conservador y la tropa de columnistas ultramontanos, desprenderse de complejos y mostrar su posición radicalmente derechista. Sin complejos, con un par. Y los jaleadores mediáticos “lo flipan, tío”.

Los triunfantes planteamientos de extrema derecha en un partido que o es gobierno o aspira a serlo debe ser causa de preocupación y no sólo para los hombres y mujeres de izquierda, sino para quienes piensan que la fortaleza democrática exige equilibrios que se pueden poner en peligro si el Partido Popular gana las elecciones y traslada a la acción de gobierno el fundamentalismo ideológico que se ha impuesto en la formación política que preside un Rajoy preso del rencor y afán de revancha de quienes nunca aceptaron como consecuencia de la normalidad democrática que el PSOE ganara las elecciones en 2004.

Por tanto, el próximo día 22 nos jugamos mucho. ¿Vamos a permitir que, mientras la derecha carga su artillería intentando ganar posiciones, parte de la izquierda esté pensando en no ejercer el derecho al voto? La izquierda debe dejar de deprimirse al menor de los contratiempos y pensar que la única posibilidad de reformas, cambios y avances es desde el gobierno. Desde el local y autonómico también, por supuesto. No podemos permitirnos darlos por perdidos sin presentar batalla. Democrática, por supuesto.

Montejaque celebra su feria de primavera a mediados de mayo y en ese paradisíaco lugar de la Serranía de Ronda paró el día 15 esta caravana a la que empieza a notársele los kilómetros de rodaje. Afortunadamente, son pocos todavía los cuidados que el motor requiere para proseguir la marcha con normalidad.

Buscando encontrarme con el actual alcalde y los compañeros de la candidatura del PSOE, antes de llegar a la plaza encontré sentado junto a dos familiares a Pepe Guzmán, al que intenté rendir tributo de admiración con una entrada publicada hace tiempo. No me conoció, pero me alegró verle en la calle, luchando con la resistencia de la encina contra los años y la enfermedad.

Miguel ha decidido no repetir candidatura a una alcaldía que en cuatro ocasiones ganó. Presta, en esta ocasión, su apoyo a Oscar Gómez, que es miembro del equipo de gobierno en el mandato que ahora termina. Cuenta Oscar, también, con la impagable ayuda de Pilar Guzmán, concejala fundamental para Montejaque que reitera una vez más su compromiso con el socialismo y con su pueblo.

Gracias Miguel por tu entrega y buen hacer. Ánimo, Oscar, que tienes todo a tu favor para ser un gran alcalde.




Una vez hube compartido con los compañeros de Montejaque un buen rato de feria, conversación y buenos deseos, puso rumbo la caravana a Monda, al noroeste del Valle del Guadalhorce. La primera alegría: comprobar que los compañeros habían organizado el acto al aire libre, en la coqueta plaza central del pueblo. Ya he hablado en otra entrega de esta serie de mi opinión favorable a sacar nuestro mensaje, nuestro discurso y nuestra militancia a la calle. Ir nosotros a los ciudadanos como estrategia para que los ciudadanos se acerquen a nosotros.

María Peña encabeza la candidatura del PSOE porque su agrupación local así lo decidió. En lugar de aceptar la democracia interna a la que nos obligamos con la militancia, la otra aspirante a liderar las aspiraciones de ganar las elecciones decidió abandonar la disciplina socialista y sumarse a otra candidatura. Al menos ha mostrado su falta de consistencia en el momento en que todavía admitía reparación.

María tiene doce años de experiencia como concejala. Situación perfecta casi para quien aspira a gobernar un ayuntamiento que ya conoce: sabe de las fortalezas y debilidades del pueblo, de las necesidades y demandas de los mondeños, conoce las diferentes instancias de la administración y mantiene buena interlocución con sus responsables… Y trae el aire fresco de quien nunca ha tenido el nivel máximo de decisión. Es decir, María es el cambio con red. La seguridad de la experiencia y la ilusión de lo nuevo.




Tenía interés por asistir al acto público, anunciado para el 16 de mayo, con la participación de Alfonso Guerra, pero la tragedia de Lorca motivó la suspensión de un acto programado en Canillas de Aceituno el pasado día 12 y decidimos trasladarlo, sin poder elegir otra opción distinta a la coincidente con la intervención del que fuera vicepresidente del gobierno en Vélez-Málaga. Ha merecido la pena, porque probablemente haya sido el acto, de entre los organizados por el PSOE en el lugar, con mayor número de asistentes y por la actitud de los mismos.



Los socialistas de Canillas han pasado por la desagradable situación de ver como su alcalde era inhabilitado hace unos meses al ejecutarse la sentencia por un delito contra la ordenación del territorio. A Manolo no lo ha acusado juez alguno de “meter la mano”, ni de cohecho, ni de corrupción. Ha sido objeto de una norma que traslada a la vía penal asuntos que bien pudieran tratarse por la vía administrativa.

Como consecuencia de ello, accedió a la Alcadía Pilar Ortiz, hasta entonces primera teniente de Alcalde y con muchos años de concejala, lo que le ha facilitado una experiencia impagable, un aplomo indispensable y una cercanía fuera de toda duda, antecedentes que ayudan al ejercicio serio, riguroso y entusiasta de la responsabilidad pública.

Son muchas las virtudes humanas y los valores políticos que atesora Pilar. Sus paisanos la conocen y la valoran. Saben que su alcaldesa tiene a Canillas en la cabeza y a los canilleros en el corazón. Ha conformado una candidatura equilibrada entre la madurez y la juventud. Y redobla a diario la voluntad de servicio a sus paisanos. Es un lujo como mujer, como socialista y como alcaldesa.